Luego de una fiesta Gema y Christopher tuvieron intimidad.
Christopher cerró los ojos y se imaginó a la mujer que tanto deseaba.
Gema gimió y en su mente vino la imagen de un hombre.
Cuando Christopher aumentó sus embestidas Gema sintió que estaba apunto de llegar a su orgasmo.
Cerró los ojos y gimió mientras se corría.
-¡Jackson!
Ella soltó un fuerte jadeo y se derrumbó en la cama.
Christopher se quedó quieto al oír el gemido de Gema.
Salió de golpe de dentro de ella y la miró.
Ella jadeaba audiblemente y temblaba un poco.
Él no lo había notado pero ahora que miraba ella estaba más sensible que nunca.
Él se inclinó hacia ella y la volteó de golpe.
Gema no había salido aún de su orgasmo cuando sintió ser volteada y asfixiada.
-Quién carajos es Jackson? Porque yo no lo soy.
Gema miró estupefacta a Christopher.
Ella había gemido el nombre de otro hombre estando con otro.
La mano en su cuello se apretó aún más.
¿Cuándo le habían llamado por otro nombre cuando follaba?
Nunca.
Esto era humillante.
-Responde!
-Jac..Jackson Wang. Es un cantante soy fan de él.
-¡Y una mierda! ¡No me mientas, quién es!
-Te digo..la verdad. ¿Puedes soltarme?
Christopher dejó de ahorcarla y la agarró fuertemente de las caderas.
-Debes gemir mi nombre no el de otro.
-Lo lamento, fue un erro-¡ah!
-Lo haremos de nuevo.
-¡Esperahhh!
Christopher empezó a embestirla con rapidez y profundidad.
Gema sentía que le enviaban el útero más atras.
Los gemidos de Gema eran muy ruidosos, si fuera en otro momento a Christopher le molestaría sus gritos pero en estos momentos lo único que quería era escucharla gemir su nombre. Que sepa quien es el que la esta follando.
-¡¡Chris!!
-Solo debes gemir mi nombre.
Él sintio como le apretaban la polla y supo que ella volveria a tener otro orgasmo.
-Ja!
Fue un jadeo. Pero para Christopher fue como si volviera a pronunciar el nombre de otro.
Le alzó las piernas y la acercó más al pecho de Gema mientras él se inclinaba y la follaba más ferozmente.
-¡¡Christopher!!
-Ese el nombre que debes gemir.
Ella no sabia que hacer aparte de gemir.
No recuerda cuantas veces se corrio y Christopher la siguió embistiendo.
Los condones estaban todo por el piso y la cama.
Christopher no la dejó descansar y le hizo muchas marcas por el cuerpo.
Era como si él quisiera confirmar que la mujer que estaba follando le pertenecía.
