Dia 5: Nido

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El tic-tac del reloj resonaba en la oscuridad, amplificando el silencio que reinaba en la casa. Eran las 2:45 de la madrugada y Alastor seguía despierto, mirando fijamente al techo. La ausencia de Vox era una losa pesada sobre su pecho. Se había pasado el día en el hotel, pero ahora, solo en su habitación, la soledad lo abrumaba.

Intentó concentrarse en su respiración, pero sus pensamientos se escapaban como peces en un estanque. Sabía que extrañaba el calor del cuerpo de su Alfa, el sonido de su voz, la seguridad que le proporcionaba. Sin embargo, su orgullo se interponía entre él y sus deseos.

La gestación había intensificado sus sentidos, haciéndolo más vulnerable y sensible. La lucha entre su lado racional y sus instintos de Omega era cada vez más intensa. La lucha interna era agotadora. 'No debo ceder', se repetía una y otra vez. Pero la necesidad era más fuerte que su voluntad. Con un suspiro resignado, se levantó y se dirigió al armario.

Al abrir las puertas, una sonrisa involuntaria se dibujó en su rostro. La ropa de Vox era como un bálsamo para su alma. Tomó un puñado de camisetas y las llevó a la cama. Las acarició con los dedos, imaginando que era la piel de su Alfa.

Con un movimiento lento y delicado, se acurrucó entre las prendas. Cerró los ojos y se dejó llevar por la sensación de paz. "Así estaré bien", se dijo a sí mismo, quedando completamente dormido y sintiendo al menos un poco de calma entre las feromonas que Vox dejo impregnadas en su ropa.

Después de unas pocas horas, Vox apareció en el lugar, se sentía demasiado frustrado y trataba de calmar su estado de animo a pesar que esos intentos eran en vano. Al llegar a la habitación, quedo completamente en blanco y sus emociones se redujeron a una de ternura; observando con afecto aquel nido que su Omega por fin decidió hacer en la cama.

"Awww, pensé que nunca iba a hacer el nido... ¿Será que me dejará estar ahí? De todos modos, son mis feromonas las que buscó"

Mientras se acercaba a la cama, empezó a soltar leves feromonas para que Alastor las sintiera, el ligero aroma a Menta inundo la habitación, combinándose con el olor a Vainilla de su esposo; este ultimo al sentir aquella combinación suavizó su sonrisa entre sueños, acompañándolo de un suave ronroneo. Vox sonrió aún más y se acostó a un lado de el Omega, abrazándolo por la cintura. Alastor al sentirlo tan cerca de él, se acurrucó entre sus brazos, aceptándolo en su pequeño nido.

"Descansa mi pequeño cervatillo; aquí estoy yo para cuidarte"



Alastor Mom Week (Radiostatic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora