Dia 7: familiar

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Vox caminaba de un lado a otro, ansioso. Sus nervios estaban de punta, y sentía que podía matar —por tercera vez— a cualquier enfermero que no le indicara exactamente cómo se encontraba su omega.

Horas antes, Alastor había comenzado a sentir una inquietud creciente; el dolor en su vientre se hacía cada vez más frecuente y, en más de un momento, había pensado que iba a desmayarse. Claro, no todos podían jactarse de haber vencido al gran demonio de la radio, pero aquella pequeña cachorrita sería la primera en tener la capacidad de hacer que el temible Alastor se retorciera de dolor.

Las feromonas de Vox eran intensas. A pesar de sus esfuerzos por calmarse, sentía que iba a explotar de nervios y ansiedad si no veía a su esposo de inmediato. Su mirada se movía frenéticamente entre la puerta por la que había sido llevado Alastor y los peculiares amigos que residían en el Hotel Hazbin. Se sentía ligeramente aliviado de que ellos estuvieran allí; de no haber sido así, habría jurado matar a todo el personal.

Una enfermera se acercó alegremente a él, notificándole que ya podía pasar a ver a su omega y a su cachorro. Vox salió corriendo y, al entrar a la habitación, sintió que su corazón daba un vuelco.

Alastor estaba recostado en la camilla, con un pequeño bulto envuelto en un manto rojo entre sus brazos. Sonreía, y esa era la sonrisa más ingenua y sincera que jamás había mostrado. Sus feromonas llenaban el aire con dulzura, y parecía que estaba envuelto en una burbuja en la que solo existían él y su pequeño cachorro.

Vox esparció sus propias feromonas para que Alastor no se asustara. Alastor levantó la mirada hacia él, y Vox sintió un pequeño pinchazo en el corazón. Estaba pálido, con ojeras marcadas, y, aunque su mirada irradiaba amor, también mostraba un evidente cansancio.

"Oh, Alastor… pero qué lindos se ven". Dijo Vox. Alastor se limitó a sonreír aún más, y, como si le concediera un permiso silencioso, permitió que Vox se acercara. Este no dudó en hacerlo.

Al ver al pequeño ser, Vox sintió como si sus circuitos hicieran cortocircuito. La visión le despertaba una ternura infinita y un amor incondicional. Al fin, su familia estaba completa.

"Qué bueno que se parece más a mi, que a ti. Es bueno que no tenga cabeza de televisor" Dijo el Omega con burla, ocasionando qué Vox rodará los ojos. "Es una dulce princesa, eso es lo importante"

Alastor se limitó a sonreír y asintio dirigiendo su mirada a la pequeña y le dio un pequeño beso en la frente. Luego se la entrego al esposo; Vox la cargo en brazos y la admiro con orgullo, iba a decirle algo a su Omega, pero notó que inmediatamente se durmió.

Soltó una pequeña risa y nego con la cabeza. Definitivamente sus días iban a estar más ajetreados y más alegres.

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⏰ Última actualización: Sep 02 ⏰

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