Chapter three

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Samantha estaba en su noveno mes de embarazo, su estómago se notaba más grande que los meses anteriores, también se notaban más sus antojos y algunos cambios de humor.
Las patadas del bebé eran muy constantes y bastantes dolorosas, tan así que ha llegado a llorar del dolor y sumado a eso sentía sus piernas pesadas al igual que su espalda, sus manos y pies se hinchaban.

Evitaba verse al espejo desnuda cuando salía de bañarse, pues tenía estrías en su abdomen por el embarazo y le generaba bastante inseguridad, no se sentía bonita por más que a Abril no le importase eso. Para la mayor, Samantha siempre se vería perfecta.

A veces Samantha se sentía sola, pues Abril trabajaba desde las ocho de la mañana hasta las cuatro y media de la tarde y cuando llegaba se sentaba a corregir evaluaciones, armar próximas evaluaciones y armar clases futuras, al terminar se tiraba a dormir una siesta de casi una hora. Además, empezaba a sospechar que su alfa no comía bien estando en el colegio ya que en la cena repetía como dos platos.

Por ello, a eso de las casi dos de la tarde, estaba en un taxi dirigiéndose hasta el colegio donde Abril trabajaba con una pequeña lonchera en su regazo. Entró al colegio y de repente se sintió desorientada, pues sabía que Abril debería estar dando clases pero no sabía en qué aula y cómo llegar hasta esta.

Afortunadamente un chico se le acercó con una linda sonrisa, tenía ropa deportiva y se quedó sorprendido por el increíble cuerpo que tenía. Era un alfa, no tenía duda, pero no podía sentir su olor, debía ser por los supresores para su olor que el Ministerio de Educación los obligaba a tomar antes de entrar a clases.

—Hola, ¿puedo ayudarte en algo?—Preguntó amablemente.

—Hola, amh, quería saber en qué aula da clases Abril Garza—El chico abrió sus ojos y sonrió un poco más.

—Espera, ¿tú eres Samantha?—La omega asintió—¡Oh, Dios! Ari me ha hablado de ti pero no me dijo que estaba esperando un cachorrito. Por cierto, soy Tom Holland y soy profesor de gimnasia.

—Es un gusto, Tom—Sonrió aceptando la mano del alfa.

—Igualmente. Sígueme, por favor.

Rivera siguió a Holland por los amplios y pulcros pasillos del establecimiento teniendo una pequeña charla, incluso la ayudó a subir las escaleras al ver que Sam no podía por sí sola.

—¿Hace mucho trabajas aquí?—Preguntó la omega tomando su mano para subir hasta el tercer piso.

«¿Por qué le designaron un aula tan lejos y además en el penúltimo piso?» Pensó soltando un largo suspiro de cansancio.

—Dentro de pocas semanas se cumplirán siete meses de que trabajo aquí. Fue gracias a mi esposa que conseguí este trabajo, Zendaya es profesora de química—Respondió.

—¿No está aquí?

Tom negó y después sonrió—Está en casa cuidando a nuestro cachorrito.

—Oh, felicidades—Respondió con notable alegría. Ella también quería tener a su cachorro en brazos.

—Lo mismo digo, Rivers... Bien, aquí es, ¿segura que vas a poder bajar las escaleras solo?

—Sí, no te preocupes—Tom asintió con la cabeza y le sonrió a modo de despedida. Una vez solo, tocó la puerta un par de veces, esta se abrió a los segundos dejando ver a una Abril con un marcador negro en las manos y mueca de sorpresa.

Cuidando a Kai Garza Rivera (RivAri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora