Chapter six

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La noche estaba tranquila, en la calle no había demasiado ruido de autos y solo se escuchaba el ruido de la lluvia golpeando contra el pavimento. Lo único audible en ese departamento eran las teclas de la computadora de cierta alfa ojimarrón, se encontraba armando el próximo examen de sus estudiantes, no faltaba nada para terminar las clases y por lo tanto debía cerrar la nota definitiva.

Ella solamente daba clases los cursos de quinto y sexto año de secundaria, en total tenía casi cincuenta alumnos. A veces por el cansancio se les mezclaban los temas que le daba a cada año, se confundía con los nombres o se lea olvidaba. Al llegar a su hogar se sentaba en su escritorio a corregir y programar exámenes, programar clases o llenar planillas hasta la hora la cena.

Suspiró y estiró su espalda soltando un quejido, sus huesos crujieron al igual que su cuello. Dios, realmente necesitaba la llegada de las vacaciones.

El llanto de un bebé la hizo levantarse rápidamente de su silla, caminó apresurada por el pasillo hasta la habitación de su cachorra, encendió la luz y se acercó a la cuna donde la pequeña se removía mientras lloraba. La tomó entre sus brazos y apoyó su cabecita en su hombro.

—Tienes hambre, ¿no es así?—Murmuró sobando su espalda, la pequeña refregó su naricita en el cuello de su madre y su llanto calmó un poquito—Bien, iremos a despertar tu mami.

Ari salió de la habitación de su hijo y entró a la suya donde divisó a la omega dormir plácidamente dándole la espalda a la puerta, se sentó a su lado y prendió la luz del velador.
Movió su hombro levemente logrando que Sam abandone el mundo de los sueños.

—¿Ari? ¿Qué le pasa a Kai?—Preguntó frotando uno de sus ojos a la vez que se sentaba en la cama.

—Tiene hambre, cosita.

Samantha asintió con la cabeza y tomó al bebé entre sus brazos una vez subió la enorme remera que usaba para dormir.

—¿Qué haces todavía vestida?—Frunció el ceño y ladeó la cabeza encontrando el lado donde su pareja dormía intacta. Observó el reloj de su teléfono, suspiró con cansancio—Ari... son las tres de la mañana.

—Ya lo sé, amor...

—¿Qué haces entonces? Mierda, Ari, estás descansando muy mal—Le reprochó.

—Trabajo, eso es lo que hago, Sam. Trabajar—Respondió con la voz un poco tosca.

—Ya lo sé, amor, pero... no te estás cuidando y me preocupa—Murmuró bajando la cabeza observando a su hijo alimentarse con sus ojitos mirando todo lo que puede.

La alfa suspiró bajito y se acercó más al omega acariciando su mejilla con cariño para después darle un corto beso.

—Prometo cuidarme mejor, cosita.

—Tampoco me gusta que lleves todo el peso... En cuanto pueda quiero volver a trabajar—Mencionó.

—Si es lo que quieres, por mí bien.

Rivers observó esos ojos cafés que la tenían tan enamorada—Lo que quiero ahora es que te quites la ropa y vengas a dormir.

Abril rio—Todo lo que mi princesa diga.

Luego de hacerle palmaditas en la espalda y dormirla, Abril dejó a Kai en su cuna y volvió a su habitación donde su omega lo esperaba para dormir. Tapó su cuerpo, cubierto simplemente por unos boxers, con las suaves sábanas y atrajo el cuerpo de Rivers hacia el suyo, la omega ronroneó a gusto por la cercanía y colocó una de sus piernas encima de las de su alfa.

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⏰ Última actualización: Oct 10 ⏰

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Cuidando a Kai Garza Rivera (RivAri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora