Chapter one

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Samantha y Abril tenían que admitir que sus padres se tomaron la noticia bastante bien, sacando de lado el regaño que se llevaron por no cuidarse, se pusieron contentos y las felicitaron. Salió mejor de lo que pensaron, sus madres ya estaban planeando comprar cosas como la cuna y pañales y sus padres intentaban hacerse los duros pero se podía ver las ganas de llorar que tenían.

Luego estaban sus amigos, ellos las felicitaron y Vicky aprovechó para burlarse por apostar que Nuvia y ella serían las primeros en ser madres.

La pareja había decidido irse a vivir juntas a un departamento más grande, con ayuda de sus padres, a sus antiguos departamentos los alquilaron y con ese dinero lograron comprar un hogar más espacioso para su bebito en camino. Cuando se mudaron, Abril no dejó que Samantha haga absolutamente nada, no la dejó cargar cajas o las valijas con ropa por más que la semi rubia estaba en condiciones de hacerlo. Ari prefería que se quede sentadita comiendo pollo mientras ella hacía todo.

Los días pasaron, el departamento ya estaba ordenado y con sus cosas en su lugar, Ari empezó a dar clases como profesora de moda en una prestigiosa escuela secundaria y Rivers como ingeniera mecatronica. Pero ese martes a la mañana ninguno fue a trabajar porque tenían una cita con el obstetra, su primera cita.

Samantha estaba nerviosa, muy nerviosa, movía su pie impactando contra el pulcro suelo de la sala de espera mientras jugaba con los largos dedos de Ari que se encontraba a su lado notándose un poco menos nerviosa que ella.

-Amor, tranquilízate, ¿si? Todo va a salir bien-Dijo la ojimarrón con voz suave mientras acariciaba su cabello lacio.

-Lo siento, es que vamos a ver a nuestro cachorrito por primera vez-Suspiró-Tengo miedo y estoy muy ansiosa.

-Me di cuenta, siento que me vas a romper los dedos-Dijo haciendo una pequeña mueca de dolor, Rivers rápidamente la soltó algo asustada.

Al pasar unos 25 minutos aproximadamente un hombre beta los llamó, la pareja entró al consultorio y se sentaron frente al hombre quien les sonrió dulcemente.

-Bien, Samantha, Abril, mi nombre es Víctor Calderón y las voy a acompañar en todo este trayecto y también voy a ser yo quien realice las cesárea cuando su cachorrito nazca-Se presentó sin borrar su sonrisa y siguió hablando luego de recibir un asentimiento por parte de la pareja-Veamos, Samantha, ¿haz experimentado algo durante estas semanas? Mareos, náuseas, vómitos...

-Mmh, las primeras semanas mareos y algo de náuseas al oler alguna comida, vómitos muy pocos y algo de cansancio. Al principio pensé que solo había comido algo que me hizo mal hasta que decidí hacerme una prueba de embarazo y... bueno, dio positiva. Y por ahora solo nauseas-Murmuró viendo como Víctor escribirá algo.

-Bien, ¿no sentiste dolores fuertes en el vientre o sangrado al orinar?-Samantha negó-Genial, acuéstate allí y súbete la camisa-Rivers asintió con la cabeza e hizo lo que el profesional le indicó-Esto puede estar un poco frío.

La semi rubia tuvo un pequeño espasmo por lo helado de esa especie de gel.

-¿E-Es normal que este tan frío?-Preguntó algo asustada y el médico asintió con una sonrisita burlona. Era bastante normal que los omegas se asusten por cualquier cosa puesta sobre su vientre, pues su instinto de protección estaba en alerta.

Abril se acercó y tomó la mano de su omega viendo como Víctor pasaba un aparatito por el vientre ajeno. El médico señaló un pequeño puntito en el monitor a unos centímetros de distancia de ellos.

-Esta cosita que está aquí es su cachorrito-Mencionó el doctor sin dejar de mover ese aparato-Mide aproximadamente 84 milímetros y pesa 14 gramos.

La pareja estaba embobada viendo ese pequeño puntito moviéndose levemente, ahí estaba su cachorrito y dentro de poco podrían tenerlo entre sus brazos. Víctor se quitó los guantes de látex y le dio a Abril unos pañuelos para limpiar a su omega.

-¿Está todo bien?-Preguntó Abril.

-Claro que sí, se ve que está sano. Bien, cualquier cosa que sientan que puede estar mal vienen aquí de inmediato. Si te empiezas a sentir mal o sangras, vienes, eso puede ser peligroso-Habló en un tono serio pero sin perder la simpatía y amabilidad-Nos vemos dentro de tres meses, ¿les parece? Lo único que te diré, Sam, es que comas más frutas y verduras.

-Claro, gracias doctor-Sonrió Samantha antes de salir del consultorio.

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El cuerpo de Rivers empezó a removerse encima de la cómoda cama, abrió sus ojitos con pereza y se sentó con cuidado observando la oscuridad de la habitación, ladeó su cabeza e hizo un puchero al divisar a su alfa durmiendo. Se estiró y prendió su luz de noche para después mover el brazo de la alfa levemente.

-Abi... Abiabababi-La llamó hasta que la alfa empezó a despertar.

-¿Qué ocurre, Samy?-Preguntó Abril con la voz ronca y rasposa.

-Quiero helado y fresas...

La alfa sintió con la cabeza y se levantó de la cama sobando uno de sus ojos, hace varios días que Rivers empezó a sentir antojos y la despertaba a mitad de la noche pidiendo algo para comer, ya sea cosas dulces, saladas o juntas. Una vez por poco la mandó a comprar una tarta a las tres de la madrugada.

Su olor a cachorrito había incrementado, el olor a leche y galletas estaba por todo el departamento. Y muchas veces la pilló oliendo su ropa o el dorso de su mano, Rivers amaba tener ese olor y varias veces obligó a su alfa a olerle el cabello o cuello. Abril no se negaba, era muy tierno ver lo entusiasmada que veía.

Rivers le agradeció con una radiante sonrisa y un beso en la mejilla antes de empezar a comer felizmente.

-Come-Dijo, obligó, Samantha poniendo una fresa frente a los labios de Ari.

-Come tú, cosita, es para ti-Dijo Ari alejando delicadamente la mano de su omega.

-Pero el cachorrito quiere que comas también. Come-Volvió a insistir con un pequeño puchero.

-Oh, ya veo-Rio bajito colocando su mano encima del vientre de Samantha-Quieres que mamá alfa coma con mami omega, tiene sentido.

Sin más mordió la fruta y al terminar de tragar besó la mejilla de Rivers quien comía felizmente el helado.

-Cachorrito esta feliz ahora.

-Ya lo creo amor.

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Que asco el amor no?

Cuidando a Kai Garza Rivera (RivAri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora