Un héroe se levanta

Capítulo 146: La mano de un villano en Heroics

El ascensor se abrió y Taikyu salió sobre los matones yakuza inconscientes que se habían caído de él, y dejó caer el martillo ensangrentado, respirando profundamente mientras evaluaba rápidamente las diversas heridas que había recibido de la pelea. Fue una buena prueba para manejar a tantos enemigos cuando no pudo usar realmente su peculiaridad, y se sorprendió de lo bien que había podido manejarlos. Sabía que parte de eso se debía a su entrenamiento con All Might y los otros héroes, y otra parte de eso era la fuerza de One for All; pero en el fondo sabía que ser capaz de derrotar a un gran grupo de matones con poco o ningún entrenamiento o conocimiento de cómo usar sus peculiaridades en una pelea lo prepararía para Todos for One, o Tomura una vez que finalmente decidieron que la rueda no podía romperse y continuaron su guerra masters'. Pero ahora era el momento de salvar a Eri,temiendo el futuro qué pasaría si fuera por noches solitarias y largas duchas.

Miró a su alrededor y no vio señales de que hubiera más matones y comenzó a dirigirse por el pasillo, revisando cada habitación que encontró. La décima puerta que encontró era prometedora. Se le habían instalado varias cerraduras, e incluso dos barras deslizantes utilizadas para mantenerlo cerrado. Hizo un breve trabajo de la barrera y se encontró con la vista de la habitación de una niña. Una pequeña cama estaba metida en la esquina con sábanas marrones sucias, una pequeña cómoda con ropa encima, algunos juguetes pequeños estaban dispersos en el piso, y vendas ensangrentadas estaban en el bote de basura. Había encontrado su habitación. "Eri..." murmuró, deseando tener un héroe con una peculiaridad de seguimiento. Había esperado usar la baliza de seguimiento de Momoo, pero esa mañana había oscurecido.

Su novia se había disculpado diciendo que las baterías solo funcionaban durante tanto tiempo debido a la fuerza de la señal que apagaban. Ella los hizo para poder transmitir cientos de pies bajo tierra, no transmitir durante meses. Él le dijo que estaba bien, que les daba la ubicación de dónde buscar y que eso ya era suficiente.

Salió de su habitación, sin llevarse nada con él; se aseguraría de que ella obtuviera su propia habitación, sus propias cosas— nada quedaría de este lugar, se prometió a sí mismo mientras continuaba revisando las salas. No fue hasta que logró encontrar una escalera al siguiente nivel inferior que los encontró: dos puertas batientes, el aroma del antiséptico que llenaba su nariz. Le colocó su rebreather en la cara y los abrió para encontrar una sala médica.

Allí, en el medio de la habitación había una mesa de operaciones, vendas ensangrentadas rodeaban la mesa como un baluarte, evitando que alguien se parara en ella, excepto por un lugar limpio. Había correas saliendo de la mesa, muy probablemente usadas para mantener al paciente en su lugar. Múltiples luces colgaban por encima bañándolo en una luz blanca dura, estéril. Un terminal de computadora masivo reclamó la pared detrás de él y se acercó a él, viendo que todavía estaba activo. Sabía que buscar a Eri y a Overhaul era el objetivo principal, pero esto podría dar una pista. Tocó el teclado y la pantalla cobró vida, una grabación frontal y central. Lo jugó.

"Mi trabajo finalmente está completo," llegó la voz de Overhauls a través de los altavoces invisibles, "a través de la persistencia Iiandve ha podido aislar el factor peculiar de Eriia en un estado permanente en las balas, en lugar de temporal. El sujeto de prueba ya no se invierte temporalmente a un estado antes de la infección peculiar, sino que se invierte permanentemente. No hay señales de la infección que queda en esas inyecciones ahora. Necesitaré más de la sangre de Eri para ver de qué más puedo curar a la humanidad, con la destrucción de las peculiaridades, la enfermedad del héroe también morirá y los yakuza volverán a su lugar legítimo en la parte superior."

"Su sangre..." murmuró con incredulidad, haciendo clic en el video para ver un archivo. Dudó antes de abrirlo.

Los gritos de Eriirys llenaron el aire mientras la miraba padre córtala y mira un resplandor dorado emanar de su cuerno antes de curar sus heridas. El hombre recogió el cuchillo otra vez. Izuku soltó un rugido mientras canalizaba a One for All a través de su cuerpo, lanzando un golpe a la terminal, destruyéndola. La máquina en ruinas se encendió débilmente mientras miraba hacia atrás a la mesa. Dejó escapar otro grito cuando comenzó a destrozar la habitación, destruyendo todo lo que creía que se usaba para lastimarla. Torturarla. Maim ella. Se enfureció cuando destruyó la burla de una habitación de hospital; no se detuvo hasta que las paredes se derrumbaron y las puertas se habían roto de sus bisagras mientras volvía al pasillo, revisando cada puerta, ya no simplemente abriéndolas, pero golpeándolos y liberándolos de las paredes, ya no iba a ser amable. Eri estaba en peor peligro de lo que pensaba, necesitaba salvarla ahora.