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Hyunjin sonrió cuando vió a Seungmin entrar otra vez por la puerta, también sonriendo.

Traía unas flores en su mano, y una muy pequeña caja de chocolate.

Se le notaba feliz esta vez, a pesar de que anoche sufrió para contemplar el sueño.

—¿Cómo te fue?— preguntó cuando lo vió acercarse.

—Bien— sonrió—. Hannie me invitó a un café, me llevó estos chocolates y me regaló estas flores.

Hyunjin sonrió una vez más, notando otra vez, ese brillo en sus ojos.

—Suena lindo— codeó al pecoso—. ¿No hicieron nada más?

—Sí— asintió, abriendo la caja para sacar un chocolate—. Caminamos un rato por el parque. La verdad no fue nada del otro mundo, fue algo sencillo, ya sabes.

—Suena hermoso— rió bajito, él sabía cuán feliz hacían las citas sencillas a Seungmin, por más que él creyera que el pecoso merecía más.

Seungmin le ofreció de sus chocolates, pero Hyunjin se negó, excusando de que los regalos de las citas no se debían compartir.

Con todo ello, lo que le hacía sentir un poco más de lleno a Hyunjin, era que notaba como una persona comenzaba a aparecer en la vida de Seungmin.

Se notaba cuan feliz se veía Jisung cerca del rubio, y las altas vibras de saber que él iba en serio, se podían notar.

Y eso le dejaba un poco más feliz, un poco más listo a las cosas que le faltaban para poder respirar tranquilo.

Pero incluso con ello, después de ese día, pudo ver un poco más relajado a Seungmin, a pesar de saber que en unos días sería la presentación anual.

Hyunjin tenía preparado todo, se aseguraría de una vez por todas, finalmente verlo feliz, verlo sonreír verdaderamente, y verlo ganar el reconocimiento por su gran talento.

Cumpliría su sueño, y esperaba el de Seungmin también.

talking to the moon  ›  hyunminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora