La mujer más hermosa del mundo

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Holaaaa. Así decía pablo mientras llegaba a casa de  su amigo.
Y ahí estaba ella, sentada, con un conjuntico que le quedaba como a los dioses. Su pelo que brillaba como la seda, unos ojos color café que irradiaban una mirada de hielo la misma que pablo muchas veces había utilizado en otras conquistas, una piel blanca y suave que invitaba a besarla, y una carita tan linda que creo que desde ese momento no había vuelta atrás.

P- hola que tal estás?

X- hola, todo bien.

Y con ese pequeño saludo, comenzaba una historia de amor de los de verdad, de los de novelas juveniles, de los que no venden solo las rosas, sino que también tiene espinas, pero que por encima de todo y todos florecería y crearía un lazo entre dos personas de esos que no se rompen por más que se estiren.

Fue avanzando la noche, una noche de mayo de esas en las que por casualidad no quiere llover, una noche que invitaba a ser infinita y en la cual Pablo se subiría a un tren del cual no conocía su última estación. Cuento tras cuento, y un trago tras otro fueron entrando en confianza hasta que llego ese primer beso que si bien no tenía toda la confianza del mundo si que venía a sellar una unión para la historia. Y que decir de esa noche en la que pasó de todo excepto hacer el amor. Como olvidar que era la primera vez que conversabamos más de tres palabras, si porque hacía ya algún tiempo Pablo le había pedido agua aquella niña de ojos café, y si les contara que en su primer encuentro la princesa también fue plebeya, como les cuento, no supo controlar sus emociones y las copas de más hicieron extragos, llego al punto de embriagarse pero que diablos, así era como se veía de verdad hermosa, luciendo lo más profundo de su alma, sacando todos sus demonoios, y Pablo en vez de correr solo quiso más y más y no podía dejar de emocionarse con aquella chica guapa que tal vez para el mundo no era la más bonita pero para él juraría que no había cosa en el mundo más preciosa que aquella carita que acababa de conocer. Fue así como de pronto para Pablo, quien era un gran fan de Juaquín Sabina, todas aquellas canciones empezaron a cobrar sentido. Y si solo quería decirle:

Que el maquillaje no apague tu risa
Que el equipaje no lastre tus alas
Que el calendario no venga con prisas
Que el diccionario detenga las balas... Que las persianas corrijan la aurora
Que gane el quiero, la guerra del puedo
Que los que esperan no cuenten las horas
Que los que matan se mueran de miedo... Que el fin del mundo te pille bailando
Que el escenario me tiña las canas
Que nunca sepas ni cómo ni cuándo
Ni ciento volando ni ayer ni mañana... Que el corazón no se pase de moda
Que los otoños te doren la piel
Que cada noche sea noche de bodas
Que no se ponga la luna de miel.


Y así comienza esta historia que les traigo, sin ser un gran escritor, pero que quiero hacerles llegar a toda aquella persona que lea estas lineas, hombres o mujeres, para que entiendadn de una vez por todas que cuando un hombre ama de verdad, es para siempre y que no hay galán que no se enamore, y que a todos nos llega esa personita especial por la cual dejamos todo atrás por la cual tenemos todas las fuerzas del mundo para luchar, cambiar y ser mejor'persona cada día.

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⏰ Última actualización: Aug 18 ⏰

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Hombre de una sola mujerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora