Un nuevo rayo de sol

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Dia pov

[...]

El amanecer en Kakunodate es siempre un espectáculo, especialmente en invierno, cuando la luz del sol se refleja en la nieve, pintando el paisaje con tonos dorados y rosados. Esta mañana, sin embargo, siento una energía diferente en el aire, como si algo especial estuviera por suceder.

Estoy en la cocina, preparando un desayuno para Ruby y para mí, cuando escucho el sonido familiar del tren en la distancia. Aunque ya me he acostumbrado al horario del tren, algo en ese sonido me hace detenerme un momento y mirar por la ventana.

-Hoy va a ser un buen día.- Me digo a mí misma, aunque no sé exactamente por qué.

Ruby entra a la cocina, aún medio dormida, frotándose los ojos con las mangas de su suéter.

-Buenos días, mamá.- Dice con una voz somnolienta mientras se sienta a la mesa.

-Buenos días, Ruby. ¿Dormiste bien?-

Ella asiente, bostezando.

-Sí... pero tuve un sueño raro.-

-¿De qué se trataba?- Le pregunto, sirviendo el desayuno en la mesa.

-No lo recuerdo bien... pero había una chica con el cabello anaranjado que me estaba llamando desde lejos.-

Su descripción me hace sonreír. Hay algo en esa imagen que me resulta curiosamente familiar, aunque no puedo precisar exactamente qué.

-Eso suena interesante. Tal vez esa chica anaranjada era una señal de que algo bueno va a pasar hoy.-

Ruby se encoge de hombros, concentrándose en su desayuno, mientras yo me siento a su lado, disfrutando del calor y la tranquilidad de la mañana.

[...]

Después de terminar el desayuno, decidimos salir a dar un paseo por el pueblo. La nieve cubre las calles y los árboles, pero el sol brilla con fuerza, haciendo que todo resplandezca como un cuento de hadas invernal.

Mientras caminamos, Ruby corre un poco más adelante, riendo y dejando huellas en la nieve. Sus risas llenan el aire, y no puedo evitar sonreír ante su alegría. Sin embargo, mi atención es captada por una figura que se acerca desde la estación de tren. A medida que se acerca, puedo ver que es una chica joven, con el cabello corto y anaranjado, y una expresión radiante en su rostro.

Cuando finalmente está lo suficientemente cerca, me doy cuenta de que es Chika Takami, una amiga que conocí hace años, cuando nuestras vidas eran muy diferentes. Su energía y entusiasmo son inconfundibles, y antes de que pueda decir algo, ya está corriendo hacia mí con los brazos abiertos.

-¡Dia!- Su voz alegre resuena en el aire, y antes de que me dé cuenta, me envuelve en un fuerte abrazo.

-¡Chika! No puedo creer que estés aquí.- Le digo, sorprendida pero feliz de verla.

-Me alegra tanto verte, Dia. Kakunodate es tan hermoso como dijiste.- Chika se aparta un poco, pero sus manos todavía sostienen las mías, y su sonrisa es tan brillante como siempre.

-¿Qué te trae por aquí?- Le pregunto, aún tratando de procesar su repentina aparición.

-Bueno, quería tomarme un descanso de todo el ajetreo en la ciudad. Y también...- Sus ojos se desvían por un momento, como si estuviera considerando algo. -Quería verte. Han pasado tantas cosas desde la última vez que hablamos, y pensé que este sería el lugar perfecto para tomar un respiro y, tal vez, inspirarme.-

En ese momento, Ruby se acerca, curiosa por la recién llegada.

-Mamá, ¿quién es ella?-

-Chika, esta es Ruby, mi hija.- Le digo, presentando a la pequeña con una sonrisa.

-¡Hola, Ruby!- Chika se agacha para estar a su altura, saludándola con entusiasmo. -Me llamo Chika, ¡es un placer conocerte!-

Ruby sonríe tímidamente, pero no puede evitar contagiarse del entusiasmo de Chika.

[...]

Caminamos juntas por el pueblo, mostrándole a Chika los lugares más bonitos de Kakunodate. A medida que avanzamos, me doy cuenta de que su presencia trae consigo una energía renovada, algo que no había sentido en mucho tiempo. Es como si su optimismo y su espíritu indomable fueran un rayo de sol en este frío invierno.

-Entonces, Chika, ¿cómo han estado las cosas en la ciudad?- Le pregunto mientras pasamos por un pequeño puente cubierto de nieve.

-Ha sido una locura, como siempre.- Responde ella, con una risa suave. -Pero he estado pensando en lo que realmente quiero hacer con mi vida, y siento que necesito un cambio. Algo más... significativo.-

Sus palabras me hacen reflexionar. Conozco a Chika lo suficiente como para saber que cuando se fija una meta, la persigue con toda su energía. Y si ha venido hasta aquí, debe ser por algo importante.

-¿Estás considerando quedarte aquí por un tiempo?- Le pregunto, con curiosidad.

Chika asiente, mirando el paisaje que nos rodea.

-Sí, me encantaría. Kakunodate tiene algo especial, algo que no se encuentra en la ciudad. Quiero explorar ese sentimiento y ver qué puedo descubrir.-

Sus palabras resuenan en mí, porque sé exactamente a lo que se refiere. Kakunodate es un lugar donde las cosas simples se convierten en algo extraordinario, y donde los pequeños momentos se sienten como grandes aventuras.

-Sería maravilloso tenerte aquí.- Le digo con sinceridad. -Estoy segura de que te encantará vivir en un lugar como este.-

Chika sonríe, y sé que está emocionada por lo que el futuro podría deparar.

[...]

Después de nuestro paseo, decidimos ir a la casa de Yoshiko y Riko. Sé que estarán encantadas de ver a Chika, y además, siempre es agradable tener una reunión entre amigas.

Cuando llegamos, tocamos la puerta, y Yoshiko nos recibe con una expresión de sorpresa.

-¡Chika! ¿Qué haces aquí?- Pregunta Yoshiko, claramente emocionada al ver a su vieja amiga.

-¡Vine a visitar Kakunodate! Quería pasar un tiempo con todas ustedes.- Responde Chika, abrazando a Yoshiko.

Riko aparece en la sala, y su rostro se ilumina al ver a Chika.

-¡Esto es una sorpresa! ¿Te quedas por un tiempo?- Le pregunta Riko, sonriendo.

-Esa es la idea.- Responde Chika, con un guiño.

Nos sentamos juntas en la sala, y la conversación fluye con facilidad. Chika nos cuenta sobre su vida en la ciudad, sobre cómo ha estado buscando algo más, algo que la haga sentir completa. A medida que habla, siento que su presencia está haciendo que todas nos sintamos más conectadas, más unidas.

-¿Y ustedes?- Pregunta Chika, cambiando el tema hacia nosotras. -¿Cómo han estado? ¿Qué ha sido de sus vidas desde que nos vimos por última vez?-

Yoshiko y Riko se miran, compartiendo una sonrisa antes de empezar a contar cómo han estado navegando su relación, cómo han enfrentado sus miedos y cómo han crecido juntas. Chika las escucha con atención, sus ojos brillando con emoción al ver cuánto han crecido sus amigas.

-Estoy tan feliz por ustedes.- Dice Chika, genuinamente emocionada. -Saber que han encontrado algo tan hermoso aquí me da esperanza.-

Riko sonríe, y su mirada se suaviza mientras toma la mano de Yoshiko.

-Gracias, Chika. Tenerte aquí con nosotras hace que todo sea aún mejor.-

[...]

La tarde avanza, y mientras el sol comienza a ponerse, me doy cuenta de que la llegada de Chika ha traído una nueva luz a nuestras vidas. Su energía, su optimismo, y su deseo de encontrar algo más profundo en Kakunodate son exactamente lo que necesitábamos. Y mientras todas nos sentamos juntas, compartiendo historias y risas, siento que este es solo el comienzo de algo maravilloso.

En este pequeño pueblo, rodeadas por la nieve y el calor de nuestras amistades, estamos construyendo algo especial. Y con Chika aquí, sé que el futuro está lleno de posibilidades brillantes.

Cherry Hug's | DiaMaruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora