inspirado en "Imitadora"- Romeo santos.
Después de un trágico accidente, la memoria de Sanemi Shinazugawa se vio seriamente afectada, así como su relación actual con Iguro Obanai.
"Tell me where he's at, ¿quién es está Imitadora hoy en su lugar?"
Si...
-Yo...Nada, es solo que llevamos un tiempo sin tener una conversación decente.
Se encontraban el la sala de él apartamento del Shinazugawa, en un silencio muy incómodo que ambos odiaban, hasta que Sanemi decidió hablar.
-¿Es eso? Es raro porque llevas casi 3 minutos en silencio total.- Se sentó en un sillón y la azabache imitó su acción sentándose en el sillón del frente.
-No es solo eso, también quiero pasar tiempo contigo. Siempre estás con tus amigos, con el.-Hizo una pausa.- Y no me hablas en días.-Empezó a quejarse.- Y aso arruinará nuestra relación.
Se supone que esas palabras debían preocuparle, pero no era así, quizá por qué ya había aceptado que no quería esa relación.
-Eso es un problema.- Se levantó.- Supongo que entonces no debemos dejar que se arruine más.-Se dirigió a la pequeña cocina.- ¿Agua?
-No, ¿Que vas a hacer al respecto?- Se acercó a donde estaba el albino.
-No podemos dejar que se arruine más pero tampoco podemos arreglarla, es mejor dejarlo aquí.- Dejó el vaso de agua en la isla de la cocina. Su mirada no expresaba tristeza ni decepción, solo quería que todo esto acabará ya.
-¿Qué? ¿Por qué?- Todo lo contrario a la mujer que ahora comenzaba a alterarse.- ¿Dejarlo aquí? Pero ¿¡Por qué!?
-Escucha se que d-
-¡No! Escucha tú.- Lo interrumpió.- Me eh esforzado demasiado para tener la oportunidad de estar contigo ¡Y lo logré! Se supone que deberías amarme.-Empezó a tirar de su cabello corto, su tono de voz alterado y el ceño fruncido mientras gritaba la hacían ver como una loca.- ¿Es por ese enano? ¿¡Por qué siempre es el y no yo!?
-¿Quieres dejar de gritar ya? Carajo. Yo no te amo, a penas te veía como una amiga de la infancia y me caías bien hasta saber lo hartante que puede ser.- Tubo suficiente, había estado siendo demasiado amable y paciente.- ¿Enano? Obanai es más alto que tú, además esto no tiene que ver con el pero ya que lo preguntas pero al menos estar con el se siente cómodo y real.
Yaeko lo miraba con ojos llorosos, pero su mirada no se veía vulnerable y eso asustó un poco al Shinazugawa pero también lo alivió.
-Ni si quiera tuve que decir su nombre...-Sanemi abrió los ojos sorprendido.-tú ya estabas pensando en él. Siempre ha sido así, y mientras él viva siempre estará primero.-Llevó su mano a su rostro para secar sus lágrimas.- pero ya no más, es hora de un reemplazo.
-¿De que estás hablando?- Por su parte, Sanemi no sabía exactamente como reaccionar.
-Ya lo verás.- Sin decir nada más se fue dejándolo ahí solo.
Se quedó mirando a la puerta.
-Eso fue raro, pero al menos ya terminó.
Tomó el vaso que había olvidado por completo durante la corta discusión para llevarlo al fregadero. Se quedó pensando en lo que pasó hace un momento ¿Por qué Yaeko había hablado así de Obanai? Ellos se odiaban, eso estaba claro pero ¿Por qué?
Tendría que hablar con el Iguro pero no sería hoy, se sentía cansado y quería domir un buen rato.
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