Sometimes silence guides our minds

016

(He decidido repetir el día de navidad, no me convenció el otro)

NARRA JOAO

Después de la llamada con Sophia, me quedé en mi habitación, eludiendo la rutina que tenía en mente. A pesar de lo que había pasado la noche anterior, me di cuenta de que me costaba entender mis sentimientos. Me desperté temprano, convencido de que un poco de claridad me ayudaría. Decidí salir de casa y dar un paseo, con la esperanza de despejarme un poco.

Mientras caminaba por el parque cercano, no podía evitar pensar en lo que Kat me había mostrado: la foto de Sophia y yo abrazados mientras dormíamos. No solo me había sorprendido, sino que me hizo preguntarme por qué no lo había notado antes. La cercanía que compartíamos, los pequeños gestos de cariño y la forma en que ella me miraba. Quizás no estábamos solo en la categoría de amigos, pero estaba claro que ella significaba mucho para mí.

El día estaba gris y lluvioso, pero me sentía más en paz. Pensé en la sugerencia de mi madre de invitar a Sophia a ver una película en casa. Me gustaba la idea, pero quería estar seguro de que no lo estaba haciendo solo por costumbre. Necesitaba encontrar una manera de hablar con ella sobre lo que realmente sentía.

Regresé a casa para descubrir que mi madre había estado ocupada preparando la comida y mi padre estaba en el jardín. Me uní a ellos, tratando de concentrarme en algo distinto a la conversación pendiente con Sophia. Durante el almuerzo, mi mente no dejaba de volver a ella.

Cuando terminé, subí a mi habitación y me senté frente a mi escritorio, tratando de pensar en las palabras correctas. Decidí escribirle un mensaje a Sophia, pero antes de hacerlo, me di cuenta de que lo más importante era hablar con ella cara a cara. No quería que la conversación se basara solo en mensajes de texto. Necesitaba ser claro y honesto, y eso era algo que debía hacer en persona.

Miré el reloj y vi que ya era tarde. Aún tenía tiempo para decidir cómo plantear todo esto. Sabía que, si estaba dispuesto a dar un paso hacia adelante, tenía que estar preparado para cualquier respuesta. La duda sobre si debíamos seguir siendo solo amigos o si había algo más entre nosotros era algo que necesitaba aclararse.

Bajé al salón y encontré a mi madre hablando con mi padre sobre la cena de esta noche. Me acerqué con una decisión en mente.

"Mamá, papá, creo que voy a invitar a Sophia a ver una película esta noche en casa. ¿Les parece bien?" pregunté, intentando sonar casual.

"Claro, Joao. Será bueno que pase un tiempo más con ella. No se la ve mucho desde que está en casa," respondió mi madre.

Asentí y subí de nuevo a mi habitación. Agarré mi teléfono y, en lugar de enviar un mensaje, decidí llamarla. Necesitaba escuchar su voz y no solo leer sus palabras.

"Hola, Sophia," dije cuando respondió.

"Hola, Joao," contestó con una voz que sonaba un poco cansada, pero también feliz de escucharme.

"Estaba pensando... ¿te gustaría venir a mi casa esta noche para ver una película? Podría ser una buena manera de relajarnos y distraernos un poco," propuse.

"Me encantaría," respondió después de un breve silencio. "¿A qué hora te viene bien?"

"Lo que te venga mejor. A partir de las siete estaría perfecto," le dije.

"Perfecto, nos vemos entonces," dijo con una nota de entusiasmo en su voz.

Colgué y me sentí un poco más tranquilo. Aunque no sabía qué iba a pasar esa noche, al menos sabía que tenía la oportunidad de hablar con Sophia y aclarar lo que ambos estábamos sintiendo. La posibilidad de que todo cambiara me asustaba, pero al mismo tiempo, me emocionaba.