Yo en one piece.

capitulo 22

(las imágenes, personajes y animes no me pertenecen.)

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Capítulo 22:

Pov del Narrador:

El polvo se despejaba lentamente, revelando un paisaje devastado, un escenario de pura desolación. Todo a su alrededor era escombros, sangre, y muerte. La isla, antes un refugio de vida, se había convertido en un cementerio de sueños y esperanzas. El aire estaba cargado de humo y cenizas, mezclado con el olor metálico de la sangre, impregnando cada rincón de aquel lugar maldito.

Un barco de la Marina se alejaba lentamente de la costa, sus velas ondeando pesadamente bajo un cielo grisáceo. A bordo, Garp estaba sentado en la cubierta, su mirada perdida en la distancia. Sus ojos, normalmente llenos de determinación y fuerza, ahora estaban vacíos, carentes de la chispa que lo caracterizaba.

Miraba a la nada, como si el peso de lo ocurrido fuera demasiado para cargar, incluso para él. Los recuerdos de la batalla, del sacrificio y la pérdida, lo consumían, cada imagen repitiéndose en su mente como un ciclo interminable. La misión que comenzó como una caza rutinaria había terminado en una tragedia sin precedentes, y las cicatrices de aquel día no solo marcarían el suelo de la isla, sino también su propia alma.

Mientras el barco se alejaba, el silencio reinaba a bordo, roto solo por el crujido ocasional de la madera y el susurro del viento entre las velas. Nadie se atrevía a romper la quietud que había caído sobre la tripulación, todos conscientes de que las heridas dejadas por aquel día serían profundas y duraderas.

Garp permaneció inmóvil por un momento más, su silueta apenas visible bajo la luz tenue que se filtraba a través de las nubes. Dio un profundo suspiro, tratando de disipar el peso que sentía en su pecho, y finalmente se levantó. Sus botas resonaron con un eco apagado mientras caminaba por la cubierta, cada paso más pesado que el anterior, como si el dolor y la culpa lo arrastraran hacia el suelo.

Se dirigió hacia una habitación específica, una puerta de metal al final de un pasillo. La abrió y entró, siendo recibido por el parpadeo de las luces fluorescentes, que apenas iluminaban el interior. La sala estaba llena de camas de metal, cada una ocupada por cuerpos inmóviles, en un silencio sepulcral que solo era roto por el zumbido de los aparatos médicos.

Garp caminó lentamente entre las camas, su mirada fija en un punto, hasta que se detuvo frente a una en particular. Se inclinó y miró a la persona que yacía allí: Serena. Su rostro, aunque en reposo, mostraba signos de la batalla que acababan de librar. Su respiración era estable, pero su cuerpo estaba cubierto de vendas y moretones, una prueba de la feroz lucha que había sobrevivido.

A su lado, en camas contiguas, estaban Jiro y Miyaka, ambos vivos, pero también marcados por la batalla. Garp fijó su atención en Jiro, cuyo cuerpo estaba envuelto en una serie de complejos aparatos médicos. Su columna vertebral había sido gravemente dañada, los médicos habían hecho lo que pudieron, pero no había forma de reparar el daño completamente.

El último golpe que había recibido lo había dejado paralítico, una realidad cruel que Garp aún estaba asimilando. Jiro, un hombre que había luchado con todo su ser, ahora se enfrentaba a una vida completamente diferente, una existencia en la que no podría caminar ni luchar como antes. La culpa se apoderó de Garp una vez más, un dolor silencioso que se reflejaba en sus ojos.

Se quedó un momento más junto a la cama de Jiro, recordando el brillo de determinación que siempre había visto en sus ojos, y ahora, solo veía un cuerpo inmóvil, atrapado en un futuro incierto. Garp cerró los ojos, luchando contra la angustia que se acumulaba en su interior, antes de finalmente girar sobre sus talones y salir de la habitación, dejando atrás a aquellos que habían sobrevivido, pero a un costo inmenso.