Solo fueron meses donde pudiste robar el corazón que creía no tener. Feliz cumpleaños Miwa...
─ Con amor, papá.
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...
En el transcurso de meses, ya podía pararse, aunque le costaba mover sus piernas para caminar eso ocasionaban sus lloriqueos; aunque caminar jamás fue una opción para ella.
Miwa gateaba por la sala compartida, pero se hacía doler a veces sus rodillas por las piedritas que habían. La ceniza miro a su "tía" preferida sentarse a conversar con la pelirosa.
─ ¡Ham! ¡Ham! ¡Opa!
Extendía sus manitas hacia Momo,quien la veía con ternura; la pequeña arqueaba las cejas y a la vez su boquita. Cuando Miwa sintió que su tía la cargo sonrió traviesa, pues cabe mencionar que la pequeña se había escapado de la habitación de su papá.
— Miwa, dulzura estás sucia ¿Bakugo no pudo limpiarte de nuevo?.— Miro a la pequeña con cariño.
— ¿Qué piensas hacer? —preguntó la pelirosa.
— Bañarla, cambiarla y cepillar su cabello.— sonrió, tocando con su índice la nariz de la pequeña.
Olvidé mencionar. Miwa adora a Momo porque ella la dejaba oliendo a flores y sentía su piel súper suavecita con los productos que le colocaba; en cambio Katsuki, digamos que era el padre que después de bañarla la ponía a dormir para que el pudiera hacer sus actividades académicas y la dejaba oliendo a él.
Regresando al ahora, se escucho una explosión venir del cuarto de Bakugo ,y varias cosas caerse mientras gritaba. Se escucharon sus pasos correr hacia la sala y se detuvo al ver a su hija.
— Miwa, carajo pensé que te sucedió algo. —suspiro y tocó su cien con frustración—.Es hora de tu baño jovencita.
La niña mostró una mueca mientras, abrazaba con su poquita fuerza a Momo.
— puedo bañarla por ti,Bakugo.— sugirió Momo—.
— No, ella anda caprichosa en estos días.—cruzo sus brazos— debe de comprender que no todo saldrá como ella quiere.
— ¿No crees que te este imitando? — sonrió divertida la pelirosa, viendo a Bakugo enojarse—.
Momo solo suspiró cansada y se llevó a la pequeña para darle el baño que ella quería.
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