𝐋𝐨𝐨𝐤 𝐭𝐨 𝑌𝑜𝑢 | 𝐌𝐂𝐌

Capitulo 3

     Ya habían pasado 1 semana desde aquel encuentro de dos almas completamente diferentes pero con el mismo destino, Unirse

    En este típico lunes de trabajo, propuestas, llamadas, búsqueda de un mejor puesto como abogada... Tenemos a una Dudamel estresada mirando sin esperanzas la pantalla de su celular; espera ansiosa que alguien la llamará por sorpresa y le dijera lo que quería escuchar días atrás.

    “Machado ha llamado y dice que estaria encantadisima de que fueras su nueva lider de campaña junto con Edmundo”

    Las esperanzas de Dudamel estaban por el suelo, miles de pensamientos absurdos pasaban por su cabeza haciéndola sobre pensar demasiado.

  “Tal vez, ya escogieron a alguien con más capacidad” “Tal vez...y tal vez”

    En éso, su celular vibra y suena entre sus dedos, desganada desbloquea la pantalla principal de su teléfono y su teléfono iba a colapsar de tantas notificaciones que llegan, de WhatsApp, Instagram e incluso X. La pelirroja ansiosa decide abrir el hilo de Twitter/X donde tanto la etiquetaban y en el titulo del post se podía leer.

     “¡De último momento! María Corina Machado por fin ha tomado la decisión más esperada y ansiada de todos los graduados y venezolanos. Síguenos y sabrás a quien ha escogido como jefa de la campaña en conjunto con Edmundo González”

    Los nervios de Dudamel por saber de quién se trataba uso que con movimientos torpes cerrará todo y apagará el celular; La joven se maldecia por lo tonta y nerviosa que estaba llegando a ser por una “simple” noticia pero no podía evitar imaginarse que aquella poderosa, valiente, hermosa, amable y increíble mujer la podría haber elegido a ella para acompañarla en esa larga campaña por la libertad de un país. Era su mayor sueño poder ver a su país libre, viejos amigos volver a sus raíces y padres tener un trabajo estable y honrado para poder mantener, cuidar y brindarles una mejor vida a sus familias.

     El molesto y ruidoso sonido del celular de la oji negro la saca de sus pensamientos y está vez intento dejar los nervios atrás y contestar aquella llamada pero al ver el nombré de aquella persona sentía que iba a morir por dentro de la felicidad, se trataba de uno de los colegas de María Corina que trabajan en Vente Venezuela. Después de unos pequeños saltitos de felicidad contestó aquella importante llamada que mejoraría y cambiaría de varias maneras y no sólo laboralmente sino también sentimentalmente...

— Aló. ¿Señorita Dudamel? — Dijo la voz de un hombre detrás de la otra línea.

— ¡Sí soy yo! — La oji negro no dejaba de sonreír y morder su labio inferior con ansiedad. — ¿Con quién tengo el gusto de hablar?

— Soy Oswald Rosas, es un placer para mí poder conversar con usted. — Afirmó el hombre de agradable voz.

— Ah, si! Tengo la impresion que lo conozco de algún lado. — Dijo Dudamel recordando que vió ese nombre escrito en los agradecimientos que Corina dado en cada post de Instagram.

— Jeje, no sé preocupe por éso, ya tendremos la oportunidad de conocernos en persona cuando venga a liderar la campaña. — Soltó aquel hombre sin saber la profunda felicidad que le iba a provocar a la más joven por su comentario.

— ¡Vergacion, pana! ¡No me digas! — Dijo la pelirroja aún sin creer que sería parte fundamental de la búsqueda de libertad de su país junto a María Corina y su gente.
— Perdón por el vocabulario señor, Oswal... Es que no pude evitar la felicidad que me da esa noticia. — El hombre sólo rió tras la otra linea.

— Tranquila señorita, la entiendo. — El hombre hizo una pequeña pausa y continúo hablando
— Señorita, puede sonar muy rápido pero tiene que empezar mañana mismo.

    Dudamel estaba decidida de que quería ésto, quería ver a su país prosperar y también quería ser parte de esa liberación en todos los sentidos, quería sentir que aportó y ayudó lo suficiente a su gente. A la jóven no le importaba cuando, dónde o hora así que de inmediato acepto sin ninguna queja.

— No sé preocupe, Estoy más que lista! entonces, ¿nos vemos mañana? — Preguntó la más joven con su mano en su pecho aguantando esa felicidad que tenía.

— Así es, joven. Le enviaré las indicaciones pero por ahora tómese el tiempo de descansar y estar con su familia.

    La jóven y esperanzada Dudamel aceptó y cortó aquella llamada que había cambiado su vida, pensamientos y sentimientos. Pasó el resto del día como Oswald le propuso con su familia, amigos y conocidos celebrando aquel increíble logro de la graduada; debía descansar por qué lo que viviría el siguiente día no se trataba de un sueño, se trataba de la grandiosa realidad de poder trabajar con esa mujer que robaba sus suspiros y pensamientos.