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Cuando Jake era un niño, siempre seguía a su hermano mayor, Shawn, a donde quiera que fuera. Jake, con sus grandes ojos curiosos y su energía inagotable, veía en Shawn a su héroe. Shawn, que tenía cinco años más, a menudo asumía el papel de protector, aunque a veces eso significaba tener que sacar a Jake de más de un problema.

Una tarde de verano, mientras el sol se colaba entre los árboles del parque, Jake, de seis años, corría por el césped con su pequeña cometa azul, tratando de mantenerla en el aire. Shawn, que ya tenía once años, lo observaba desde una banca cercana, asegurándose de que su hermano no se alejara demasiado

—¡Shawn, mira! ¡La cometa está volando alto! —gritaba Jake emocionado, sus mejillas enrojecidas por el esfuerzo y la emoción. Shawn sonrió y se levantó para acercarse a su hermano.

Siempre había algo en la energía de Jake que lo hacía sentir responsable, como si fuera su deber asegurarse de que nada le pasara.—Lo estás haciendo genial, Jake. Pero ten cuidado de no correr demasiado rápido, no queremos que te caigas —le advirtió con su tono protector habitual.Pero Jake, siendo Jake, no hizo caso. Quería ver hasta dónde podía llevar su cometa, y en su entusiasmo, tropezó con una raíz de árbol y cayó al suelo, rasgándose la rodilla.

Antes de que Jake pudiera empezar a llorar, Shawn ya estaba a su lado. Se arrodilló y lo ayudó a sentarse, revisando la herida.—Estás bien, Jake. Solo es un rasguño —dijo Shawn con calma, sacando un pañuelo del bolsillo para limpiar la sangre. Jake mordió su labio, tratando de no llorar. Sabía que Shawn odiaba cuando se ponía a llorar por cosas pequeñas.—No me duele tanto...—dijo, aunque sus ojos brillaban con lágrimas contenidas.Shawn sonrió y le revolvió el cabello.—Eres un tipo duro, Jake. Vamos a casa, mamá te pondrá una tirita y estarás como nuevo. Jake asintió, dejando que Shawn lo ayudara a levantarse.

Mientras caminaban de regreso a casa, Jake miraba a su hermano con admiración.—Cuando sea grande, quiero ser como tú, Shawn —dijo Jake de repente, rompiendo el silencio. Shawn lo miró con sorpresa y luego sonrió, sintiendo una calidez en el pecho que no había experimentado antes.—Gracias, aunque no necesitas ser como yo, Jake. Solo sé tú mismo, y serás increíble—. Jake no respondió, pero en su mente infantil, decidió que siempre seguiría el ejemplo de su hermano mayor. Para él, Shawn era invencible, el tipo de persona que podía manejar cualquier cosa que la vida le lanzara.Cuando llegaron a casa, su madre curó la herida de Jake y lo regaño por unos minutos. Shawn se quedó a su lado, asegurándose de que estuviera bien. Esa noche, mientras Jake se acurrucaba en su cama, pensó en lo afortunado que era por tener a Shawn como su hermano.

Shawn, en su habitación, pensaba en lo rápido que Jake estaba creciendo y en cómo, algún día, tendría que dejar que enfrentara el mundo por su cuenta. Pero por ahora, estaba contento de ser el protector, el héroe de su hermano pequeño...



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Nota:

Perdón por hacer el cap tan corto, no sabia como iniciar jsjsjs

Me gustaría ver más interacciones entre ellos en la serie o en un futuro por lo que decidí yo misma hacer pequeños capítulos ^^🩷

(Es mi primera historia por lo que me gustaría que me dieran algunos consejos sobre mi escritura)

Hermanos hasta el final ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora