Salimos corriendo de allí como si nos fuesen a matar, él me cogió de la mano, se sentía bien, una sensación de seguridad junto a él me invadió el cuerpo totalmente.
-Ven, vamos a descansar junto a este roble-.
Y sin soltarme la mano, me hizo una señal de que ya no había nada de que preocuparse. Giré la cabeza por la presión de mi corazón, me latía muy fuerte, no sabía que hacer para tranquilizarme, aunque él ya de por si me trasmitía esa sensación, pero sabía perfectamente que el momento había llegado.
Con la otra mano que tenía libre me cogió de la mejilla y me la acarició con su dedo pulgar en círculos. Sentía la calidez de su tacto. Dirigió mi cabeza rumbo a la suya.
Se me acercó a la cara, mi instinto decía que tenía que salir de allí para no hacer algo de lo que luego me lamentaría, pero aún así no me moví en absoluto de allí, tenía ganas de todo con él. Miré hacia abajo, a mis pies y luego dirigí mi mirada arriba rumbo a sus ojos, que me miraban con vergüenza y con ganas de hacer algo que llevábamos tiempo deseando ambos. Esos ojos color gris me miraban con algo más que cariño. Tal vez con deseo.
- Tengo algo que decir...- Intuía que era y no aguantaría la tentación, no esta vez.
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Ese mes
Novela Juvenil¿Que podría pasar si decido darle una oportunidad en un solo mes? Tan solo esperaría a una reacción suya espontánea. Si resulta que puedo mantener la calma y no dejarme llevar por la tentación de acercarme a él, pasado ese mes todo será distinto, yo...