4. Quiero Que Vengas

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Martes 19 Septiembre 13:07 pm

Martin

Intentaba prestar atención a lo que decía el profesor, os lo juro que lo intenté con todas mis fuerzas, pero era imposible. No podía pensar en otra cosa que fuera el viernes. ¿Era una cita? Deseaba que sí lo fuera pero no estaba seguro. Tampoco me había dicho dónde íbamos a ir, dijo que ya lo descubriría.

Aquello para mí sonaba a cita, llamadme loco.

Estaba muy ilusionado, pero sobre todo confundido. Si realmente estaba intentando tener algo conmigo, ¿por qué seguía hablando con Rus? ¿Estaría jugando a dos bandas? ¿O jugando conmigo a secas? Esperaba que no, me rompería el corazón que todo esto fuera una broma de mal gusto.

Por otra parte, intenté alejarme de él, mantener un poco las distancias. Se sentía mal cuando se quedaba sonriéndole al móvil por más tiempo del necesario al releer sus conversaciones o cuando aparecía en sus sueños cada noche sin remedio. Todo aquello me haría sentir muy bien de no ser por Rus, de alguna manera, sentía que le estaba fallando a mi mejor amiga.

-¿Te importa ponerte con Kiki?-me preguntó Rus agarrándome del brazo.

-¿Qué? Estaba empanado, perdón.-bufó.

-No te preocupes, ya me he acostumbrado. Últimamente te pasas el día en tu realidad paralela.-no lo sabía ella bien...-Nos tenemos que poner por parejas para el trabajo, ¿te importa ponerte con Kiki?

-¿Y tú entonces?

-Con Juanji.-ya estaba ahí el maldito apodo atacando de nuevo.

-Ah, vale, por mi perfecto.-Mentira. Puestos a que uno de los dos se pusiera con Juanjo, prefería que ese fuese él.

Ruslana dio saltos de alegría, literalmente hablando.

-Eres el mejor Martin, además Kiki es un amorcito. Te amo.-me dio besos por toda la cara y después se fue a la mesa de Juanjo. Noté sus ojos clavados en mí pero decidí no levantar la mirada, si seguía alargando esto al final el que iba a salir peor parado iba a ser yo.

Por suerte Kiki era un encanto y congeniamos muy rápido. Al final empezamos a hablar de todo menos del trabajo. Descubrí que tenía un pequeño crush en una chica y yo le confesé que me gustaba alguien de la clase pero, evidentemente, no dijimos quien.

Cuando acabó la clase, evidentemente no habíamos acabado y para sorpresa de nadie, no éramos los únicos, al parecer nadie había estado haciendo el trabajo. El profesor nos dijo que tendríamos que acabarlo en casa.

-¿Nos vemos esta tarde entonces?-le dije a Kiki.

-Yeah. ¿Tu casa or mine?- Aún le costaba el idioma, pero estaba mejorando muy rápido.

- Mi casa, si quieres, luego hablamos.

-Okay, Marts.

Mientras recogía se me acerco Rus, muy emocionada.

-Esta tarde voy a ir a casa de Juanji, madre mía, no me lo creo.-sentí un nudo en el estómago.

-Wow, el destino está de tu parte, eso está claro.- intenté parecer animado, pero era complicado, deseaba ser ella en aquel momento.

Tuve que aguantar mis ganas de salir del coche en marcha mientras escuchaba a Ruslana durante todo el trayecto de vuelta a casa hablando sin parar de la tarde que le esperaba en casa de 'su futuro novio'. Ya no era Juanji, ahora era 'su futuro novio' y deseaba volver unas horas atrás, a cuando pensaba que no había peor apodo que Juanji.

Horas después, cuando el trabajo estaba más que terminado, estaba tumbado en el sofá con Kiki, pero mi mente estaba lejos de allí, más concretamente, en la casa del chico de las mejillas coloradas. Me torturaba pensando en qué estarían haciendo. ¿Se habrían besado? 

Bajo Las EstrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora