Chapter 1

61 7 2
                                    

Jeongguk se despierta con el sonido estridente de su alarma, y a eso le sigue un gemido y estiramiento de extremidades, renuente a levantarse de la cama para caminar por el pasillo hacia las habitaciones de sus hermanos menores.

Por una vez espera.

Se queda allí por un momento más de lo habitual, recostado en el calor de las sábanas mientras escucha a los pájaros afuera de su ventana cantando sus canciones matutinas, el único momento de paz y tranquilidad que tendrá antes de que todos se despierten. Sin embargo, no se demora, a pesar de lo mucho que lo desea, porque después de todo hoy es un día de escuela y sabe que inevitablemente llegarán tarde de una forma u otra.

Primero se dirige a la habitación de los niños; pues su hermana dejó de querer compartir con ellos desde que cumplió catorce años, quejándose de que huele demasiado a 'chicos' y no tenía dónde poner sus cosas. Otras razones quedaron sin decir, pero Jeongguk no necesitaba que lo hicieran. Él la entendió lo suficiente y simplemente aceptó que ella se quedara en la habitación de su padre por el momento; de todos modos, no es que el hombre estuviera aquí para quejarse de eso.

Jeongguk no lo ha visto en meses.

Todo comenzó después de que su madre falleciera, apenas unos meses después de que naciera el pequeño Jungmin, cuando su padre comenzó a "desaparecer" la mayoría de las veces, tanto es así que Jeongguk acaba de aceptar el hecho de que habrá un día en el que no volverá en absoluto. Quizás sea un pensamiento terrible, y odia tenerlo; pero han pasado cinco años desde entonces. Cinco años desde que Jeongguk hizo todo por su cuenta, manteniendo dos trabajos para pagar las cuentas y la comida, haciendo malabarismos con sus clases además.

La puerta de su hermano cruje cuando se abre, el piso junto con ella cuando se acerca para abrir las cortinas, dejando entrar la luz que tanto necesita antes de caer más o menos encima de Junghyun para despertarlo. Su hermano gime en respuesta, tapándose aún más la cabeza con las mantas como el adolescente de mal humor que es.

—Sí, buenos días para ti también, dormilón. Tienes cinco minutos antes de que te arrastre hasta allí yo mismo —advierte Jeongguk mientras se levanta, pisando el último escalón de la escalera de la litera para llegar a la superior. Jungmin tampoco está despierto, sus ojos apenas comienzan a abrirse ante el ruido, pero pronto sonríe cuando nota a Jeongguk.

—Buenos días pequeño. —Jeongguk le devuelve la sonrisa—. ¿Tienes hambre? ¿O necesitas ir al baño primero? —pregunta y Jungmin simplemente asiente, presumiblemente a ambos, así que espera hasta que su hermano pequeño se arrastra hacia la escalera para levantarlo y llevarlo al baño.

Mientras espera, llama a la puerta de Eunjung antes de abrirla, asomando la cabeza por el hueco. La encuentra ya despierta, a mitad de hacer la cama. —Buenos días, ángel, tu otro tú todavía está en la cama, así que asegúrate de que esté levantado antes de bajar, ¿bien?

—Está bien —Eunjung asiente y justo cuando Jeongguk se da vuelta para irse, ella agrega—: Espera, ¿crees que podrás trenzarme el cabello nuevamente hoy? Todavía no puedo hacerlo como tú.

Jeongguk sonríe y asiente. —Por supuesto, cariño, lo haré después del desayuno, ¿vale?

Luego regresa al baño, ayuda a Jungmin a tirar la cadena del inodoro antes de lavarse las manos y levanta al niño más joven, llevándolo sobre su espalda mientras Jungmin envuelve sus brazos alrededor del cuello de Jeongguk. —Muy bien, hora del desayuno, Minnie. ¿Estás listo? —pregunta en lo alto de las escaleras, esperando el asentimiento de Jungmin.

Tan pronto como lo hace, Jeongguk corre lo más rápido que puede con un niño de cinco años en su espalda por las escaleras hacia la pequeña cocina. Escucha a Jungmin mientras se ríe, demasiado emocionado para esta hora de la mañana.

from your point of view | kvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora