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Chapter 9

Esta vez, no es la alarma lo que despierta a Jeongguk a las seis, es Jungmin saltando sobre la cama gritando emocionado que Santa ha venido y ha dejado regalos debajo del árbol.

—¡Hyungie, vamos! —grita mientras cae encima de Jeongguk—. ¡Despierta!

Jeongguk gime, tirando las sábanas hacia atrás sobre su cabeza, pero Jungmin no lo deja, solo se arrastra debajo de ellas mientras Taehyung se ríe a su lado y Jeongguk no duda en pellizcar su cintura.

—Está bien, está bien. Despierta a todos y me reuniré con ustedes en un minuto, ¿de acuerdo? —Jeongguk dice somnoliento, y Jungmin asiente, saltando de la cama con demasiado entusiasmo antes de salir corriendo de la habitación y Jeongguk simplemente vuelve a caer en la cama con un suspiro. Bosteza, estira sus extremidades y se gira de costado para ver a Taehyung ya mirándolo con una pequeña sonrisa—. ¿Qué?

—Nada —dice Taehyung, pasando sus dedos por el cabello de Jungkook—. ¿Cómo te fue anoche?

—No lo sé, pensé que lo había soñado todo si soy honesto —resopla—. No salió mal, pero tampoco creo que fuera exactamente bueno.

—Escuché algo de eso —admite Taehyung—. No intencionalmente ni nada, solo quería asegurarme de que estabas bien.

—No te preocupes por eso, no me hubiera importado si lo hicieras. —Jeongguk busca la mano de Taehyung debajo de las sábanas, acercándola hacia él y entrelazando sus dedos—. ¿Qué parte escuchaste?

—Principalmente el comienzo, las cosas sobre mí. Acerca de ti.

Jeongguk se acerca, moviéndose hacia el espacio de Taehyung para poder rodearlo con un brazo. —Lo siento, a veces puede ser un imbécil insensible.

—Está bien, peluchito, no estoy molesto por eso —se ríe Taehyung, moviendo sus dedos desde el cabello de Jungkook hasta su mandíbula—. Han dicho cosas peores sobre mí.

—Aun así, no fue justo de su parte decir eso cuando ni siquiera te conoce.

—No importa, Jungkook. Lo que piensas es mucho más importante para mí que su opinión, me preocupo por ti, no por él —dice Taehyung, frotando su pulgar de un lado a otro en su mejilla.

—Lo sé. —Jeongguk besa el interior de la muñeca de Taehyung, el lugar donde pulsa al ritmo de los latidos de su corazón—. Sólo quiero que sepas que no pienso eso de ti, que no estoy de acuerdo con él.

—Sé que no, no te preocupes. —Taehyung se acerca más, dejando un beso en la nariz de Jungkook, quien lo devuelve con un beso en los labios. Corto y dulce. Jeongguk coloca la pierna de Taehyung sobre la suya, la mueve hasta su cadera para poder acercarse aún más y se inclina para besarlo nuevamente, pero la puerta del dormitorio se abre de golpe, seguido por un Jungmin resoplando.

—¡Hyungie, date prisa!

—Jesús, bien, ya voy, ya voy. —Jungkook se aleja de Taehyung de mala gana, sentándose con un suspiro antes de subirse y salir de la cama. Jungmin está parado en lo alto de las escaleras con los brazos en alto mientras se balancea hacia adelante y hacia atrás sobre sus talones, esperando que Jungkook lo levante—. ¿No puedes bajar tú solo?

Jungmin niega con la cabeza, agarrando sus manos. —No, Hyung me tiene que cargar.

—Por supuesto que sí —murmura Jeongguk en voz baja, agachándose para que Jungmin pueda saltar sobre su espalda. Ve a Taehyung sobre su hombro, apoyado en el marco de la puerta y le arquea una ceja—. ¿Qué, tú también quieres que te cargue?

—Tentador —tararea Taehyung, extendiendo la mano para tocar debajo de la barbilla de Jeongguk—. Pero tal vez lo guardaré para otro momento.

—Lo noto —dice Jeongguk inclinando la cabeza, ignorando el sonrojo que siente en sus orejas mientras agarra las piernas de Jungmin, subiéndolo por su espalda para que no se caiga—. ¿Estás listo, pequeño?