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Chapter 10

—¡Y eso es todo por hoy! —Jiyoung grita y todos los que los rodean comienzan a empacar, hablando ociosamente entre ellos.

Jeongguk se desploma en la silla más cercana con un gemido, estirando las piernas mientras se pasa las manos por el cabello rubio. Ha estado de pie desde las siete de la mañana y ahora acaba de tener la oportunidad de sentarse. Son casi las tres y media cuando terminaron, y Jeongguk casi encuentra gracioso cómo ya está exhausto; el organismo que logró tener dos trabajos desapareció hace mucho tiempo.

Un par de meses después de graduarse, Jiyoung le propuso un trabajo. Al principio fue algo sencillo, unas prácticas en su estudio; conocer a todos, cómo funcionaban las cosas y ayudar al equipo cuando fuera necesario. No fue mucho, pero fue un comienzo. Y eso era todo lo que Jeongguk necesitaba.

Han pasado tres años desde entonces y ahora puede decir felizmente que trabaja junto a Jiyoung como su asistente a tiempo completo. Sabe que todavía le queda un largo camino por recorrer, con la esperanza de algún día estar en un estudio que considere suyo, pero por el momento, es suficiente.

Y por ahora, acaban de terminar de filmar para uno de los clientes habituales de Jiyoung, una pareja que Jeongguk no conoce pero que probablemente debería conocer, si tenemos en cuenta los susurros y murmullos a su alrededor.

—¿Cansado, querido? —pregunta Jiyoung a su lado, entregándole una botella de agua.

—Se podría decir —se ríe Jeongguk, tomando la botella y casi bebiéndose todo—. Mi yo de veinte años probablemente me reiría en la cara si me viera ahora mismo.

—Todo lo contrario, en todo caso creo que estaría orgulloso de ti, de en qué y en quién te has convertido —dice, dándole unas palmaditas en el brazo—. Y tú también deberías estarlo.

Jeongguk siente que sus mejillas se calientan ligeramente, una repentina timidez se deja ver ante el elogio. —No fui tan lejos exactamente —se ríe de nuevo, esta vez un poco nervioso.

—Tienes tu propia casa, ¿no? ¿Un buen trabajo? ¿Un novio cariñoso con un hermano igualmente cariñoso? ¿Una familia? —pregunta, levantando las cejas—. Todas esas son cosas de las que debemos estar orgullosos, sin importar cuán grandes o pequeñas sean.