Rosa bronce:💐?

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Calidez, seguridad, amor y cuidado.

Era una noche tranquila, y el omega con ya seis meses de embarazo, se despertó de repente, sintiendo un anhelo irresistible. Miró a su lado y vio a su alfa durmiendo plácidamente.

Kook, despierta - susurró Taehyung mientras movía suavemente a su esposo.

El alfa abrió un ojo, algo confundido.

¿Qué pasa, cariño? ¿Has visto un fantasma? -bromeó, todavía medio dormido.

No es gracioso Jungkook - se cruzó de brazos - Tengo un antojo... quiero fresas con crema y chocolate -dijo el omega, batiendo sus pestañitas con inocencia.

El alfa se sentó en la cama, ahora completamente despierto, y sonrió.

¿Fresas con crema y chocolate a esta hora? - el omega puchereo a la vez que asentía con su cabecita.

Creo que debería abrir una tienda de postres nocturnos - susurró mientras bostezo.

El omega hizo un gesto dramático con la mano.

No sería una mala idea - Jungkook le miró con una de sus cejas alzadas - Pero primero necesito mis fresas. Prometo que después podemos hablar de negocios.

El alfa sonrió y se levantó de la cama, estirándose con pereza.

Está bien, mi hermoso omega. Enseguida voy por sus fresas - le dio un beso rápido en los labios.

El omega se rió, pero al ver alejarse al alfa, su expresión cambió.

¿A dónde vas? -preguntó el omega, frunciendo el ceño.

El pelinegro le miró confundido, como si le hubiera hecho una pregunta extraña.

Iré por tus fresas, cariño - pronunció muy obvio.

El rubiecito se quedó en silencio por un momento, sintiéndose un poco triste.

El alfa se dio cuenta de cómo se sentía el omega y rápidamente se acercó a él, acariciándole la mejilla con dulzura.

Me dejaras aquí sólito, no quiero quedarme solo kook... -dijo el omega, bajando la mirada.

Oh, cariño, Solo saldré un momento para buscar las fresas. Y enseguida regresaré - tomó su mentón.

El omega levantó la mirada, sus ojos brillando por las lágrimas acumuladas.

Lindo, no te pongas así, me has dicho que tienes antojo de fresas y yo solo voy a cumplirle a mi precioso ángel lo que quiere, no iré a ningún lado más - limpió la pequeña lágrima que rodó por su mejilla.

El alfa sonrió y le dio un abrazo cálido.

¿Quieres acompañarme a ir por las fresas, mi hermoso omega? - el rubiecito asintió con timidez, su tristeza desvaneciéndose, mientras le daba una hermosa sonrisa a su alfa.

Muy bien, mi príncipe, vamos por esas fresas - indicó, para luego cargarlo en sus brazos al estilo nupcial, el omega sonrió muy feliz de ser consentido.

COLECCIONISTA DE ROSASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora