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Roger se encontraba profundamente dormido, sumido en un sueño que al principio se desarrollaba en un entorno cálido y acogedor. Se veía a sí mismo en un prado bañado por la luz del sol, rodeado de árboles frondosos y flores de colores vivos. El aire era fresco y suave, y el sonido de un arroyo cercano le aportaba una sensación de tranquilidad. En medio de este paraíso, Roger vio a su hermana, quien lo observaba con una sonrisa tierna, llena de amor. Ella estaba radiante, con una luz que parecía emanar de su propio ser, y juntos compartieron un momento de pura felicidad.

Sin embargo, el sueño comenzó a cambiar. El paisaje idílico se tornó borroso y distorsionado, como si una niebla espesa se levantara de repente. La figura de su hermana seguía allí, pero su expresión se tornó más seria, más enigmática. Se acercó a él, y con una voz suave pero firme, le dijo:

—Roggie, hay algo que debes recordar. Un nombre del pasado que te he dejado en un acertijo. Este es el acertijo: "Soy un eco de lo que fue, un susurro en la oscuridad. Mi nombre, si lo hallas, te revelará lo que ha quedado atrás".

Roger frunció el ceño, sintiendo una confusión creciente. El significado de las palabras de su hermana no era claro, y aunque trataba de preguntar, su voz no salía. Su hermana repitió el acertijo, su voz comenzando a desvanecerse junto con su figura, como si el sueño se estuviera desmoronando. La niebla lo cubrió todo, y finalmente, la imagen de su hermana desapareció por completo.

Justo en ese momento, una voz fuerte y familiar interrumpió el sueño.

—¡Rog, querido! ¡Despierta! ¡Deacky ha llegado con el desayuno!

Era Freddie, llamándolo desde la puerta de su carpa. Roger abrió los ojos lentamente, sintiéndose desorientado y todavía atrapado en la nebulosa de su sueño. Su visión estaba algo nublada, y su mente luchaba por volver al presente. Se sentó en su cama, repitiendo en voz baja el acertijo que su hermana le había dicho:

—"Soy un eco de lo que fue, un susurro en la oscuridad. Mi nombre, si lo hallas, te revelará lo que ha quedado atrás"...—

Sacudió la cabeza, tratando de despejar las imágenes del sueño. Sentía que había algo importante que debía comprender, pero por ahora, estaba fuera de su alcance. Con un suspiro, se levantó lentamente, se puso un suéter para protegerse del frío de la mañana, y salió a encontrarse con Deacky, quien lo esperaba con el desayuno. Aunque todavía se sentía un poco fuera de lugar.

Roger salió de su carpa con el suéter ajustado y el cabello todavía alborotado por el sueño. El aire fresco de la mañana lo ayudó a despejar un poco más su mente, aunque aún se sentía algo aturdido por el extraño sueño que acababa de tener. Al salir, se encontró con John, quien estaba descargando unas bolsas del auto llenas de alimentos.

—¡Buenos días, Deacky! —saludó Roger con una sonrisa, aunque todavía un poco somnoliento.

—¡Buenos días, Rog! —respondió John, devolviéndole la sonrisa mientras le tendía una bolsa con algo caliente, probablemente el desayuno.

Mientras Roger tomaba la bolsa y agradecía a John, su mirada se desvió hacia el auto. Por un instante, entrecerró los ojos, intentando enfocar bien lo que estaba viendo. Dentro del auto de John, le pareció distinguir una silueta, una figura que parecía familiar como la del día anterior pero que no lograba identificar del todo. La persona en el asiento del copiloto se movió ligeramente, pero la luz del sol reflejada en el parabrisas hizo que la imagen se desvaneciera casi tan rápido como había aparecido.

Payasito [MAYLOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora