La elegida de la medianoche

Prólogo

El amor no es siempre lo que tú esperabas, no es una fantasía similar a los de cuentos de hadas, puede llegar a ser mágico y maravilloso pero si te obsesiona con ello puedes llegar al punto de lastimarte a tí mismo como me ocurrió a mí, he llegado a cometer graves errores por creer ciegamente en alguien que jamás va a poder amarme por más que me esfuerce, ya que la persona que había amado termina solo amando a la otra y ese hecho no se puede cambiar, lo único que debo hacer para ser feliz es renunciar a ello.

Tal vez piensas que soy una loca por estar hablando con mi diario secreto mientras escribo mi anécdota respecto al amor y la desilución, pero hago este tipo de cosas porque me siento muy sola, y mi vida solo es sufrimiento sin conocer la felicidad como los cuentos de hadas que leí desde niña, anhelaba el amor dónde un príncipe azul me rescatará de mi sufrimiento pero todo es una fantasía.

Antes de que ocurriera toda esta locura mi vida no era tan gris pero tampoco era de color rosa, si tan solo no me fuera a ese lugar jamás me sucedería este tipo de locura.

Me voy a presentar, yo me llamo Ariadna Hughes, tengo 23 años y soy de Dublín, Irlanda pero vivo en Londres, Inglaterra, solía trabajar como una ayudante de un científico ambiental, como una buena amante de la naturaleza no dudé en arriesgarme a recorrer a las profundidades del bosque, mientras los recuerdos de mi vida en el orfanato desde mis 8 niños empezaron a surgir, en ese momento sufría un total infierno, en ese lugar mientras recordaba como fué que perdí a mis padres, ellos murieron tras realizar una investigación en las profundidades de este bosque desde ahí estudie la carrera de ambientalista para entender a mis padres fallecidos mientras lidiaba el bullying de los niños del orfanato y el maltrato de parte de las cuidadoras.

Cuando me adentraba más a un lugar subterráneo y desconocido del bosque, me dí cuenta que es demasiado similar al bosque de los cuentos de hadas, había plantas exóticas, casitas pequeñas similares a la de las hadas, todo el lugar brillaba gracias a las flores azules, mi profesor se dedicó a recolectar tres plantas de ellas mientras mis compañeros se fueron a inspeccionar una pequeña casita hasta que llegó la media noche y todo se nubló escuchando aullidos de lobos por todas partes del bosque.

Esos lobos atacaron a mis compañeros y a mi profesor, llegando al punto de asesinarlos, ví con mi cara de horror de cómo se los terminaron devorando mientras me doy cuenta que era la única superviviente, ellos se me acercaron y me empezaron a olfatear para después convertirse en humanos y llevarme a la fuerza a un lugar desconocido.

Ahí es cuando te conocí a tí después de sufrir linchamiento por parte de la manada recordandome que no soy bienvenida en este lugar solo por ser una humana común y corriente.

La llegada de aquella persona que amé cambió mi vida por completo, me ilusioné al ver su amabilidad hacia a mí mientras que al resto de la manada los trataban de manera fría, solía defenderme, cuidarme, sonreírme y prometerme que jamás me va a abandonar.

Hasta que llegó el anuncio de quién sería su compañera y resulta que fuí yo, ese día estaba muy feliz mientras organizaba la boda, pensaba hacerla extraordinaria y creativa pero él insistía que fuera muy sencilla prometiendo también que me va a amar y que nadie me va a lastimar mientras él este a mi lado.

Pero todas sus palabras y promesas se fueron al viento cuando aún no superaba a su primer amor, me susurraba al oído que me amaba pero tampoco podría renunciar a la persona que amaba mucho antes de conocerme.

Intenté buscar una salida en búsqueda de mi propia felicidad, pero él no me dejaba ir haciéndome someter a su merced, mi vida con él empezó a volverse un infierno que nunca voy a olvidar que supera a creces a mi antigua vida en el orfanato.

De tantos intentos de escapar pensé que había encontrado una salida hasta que me secuestraron los chupas sangres que tienen intenciones oscuras hacia a mí, pero no planeo rendirme hasta vivir bien y encontrar mi propio camino.