"Si tuviera la oportunidad de retroceder el tiempo no dudaría dos veces en hacerlo...tal vez solo me dedicaría a realizar cosas que siempre me había gustado hacer...y no hubiera sufrido otro fracaso amoroso, a comparación de mis tres anteriores fracasos, este último es más doloroso que arrancarme lentamente todas las uñas de mis dedos"
- Ariadna Hugher (último fragmento de su diario secreto)
Pov. Henry Johnson.
Cuando estaba en el segundo día en París intentando acostarme con varias prostitutas en el barrio rojo, por casualidad ví una replica del cuadro de la Monalisa.
La miraba intensamente y me recordaba a ella, a mi dulce Ariadna.
Recordé nuestra aquella noche de boda cuando descubrí que no es virgen. Me cegué de celos e ira comentiendo un grave error de lidiar mi líbido con varias mujeres de diferentes especies sin darme cuenta que estaba lastimando a Ariadna todo el tiempo, la única mujer que la sigo amando.
Renuncié a mi típica vida de mujeriego, ya no me importaba lidiar con mi líbido, solo quería empezar mi relación con ella desde cero.
Llegué rápidamente del castillo y la encontré empacando sus cosas, esto hizo que me corazón se partiera en pedazos.
Por primera vez en mi vida, sentí miedo.
Ese miedo de perder para siempre a alguien que amo demasiado. Ni siquiera las muertes de mis padres y el abandono de mi ex novia me hizo sentir así.
- Ariadna!!!, ¿Qué estás haciendo?- exclamaba muy alterado.
- Estoy alejándome de ti Henry, desde que descubrí que me fuiste infiel en el día de nuestra boda, decidí mejor renunciar a tí...debes saber que yo siempre he deseado buscar mi propia felicidad- exclamó Ariadna mostrando que está dispuesta a dejarme, me quedé sin palabras y solo tenía una pregunta en mente:
- ¿Cómo lo sabes?-
- Ahora tengo muchos contactos, Henry, un amigo mensajero te vió por casualidad y me envió estás fotos- ella me mostró las fotos de uno de mis aptos promiscuos.
- Ariadna yo...perdóname por favor, dame otra oportunidad, vine aquí para remediar mi error, no puedo vivir sin tí, si me perdonas, te prometo que jamás te sería infiel, no me importa si no eres virgen, yo me voy a acostar solo contigo, pero no te vayas!!!-
Me arrodillé antes Ariadna mientras estaba rogando, suplicando y llorando por temor a perderla.
Ella estaba apunto de marcharse pero yo la detuve, porque me negaba a perderla y acto seguido la besé a la fuerza.
- Ariadna, no te vayas por favor, si es que esto querías entonces te lo daré-
Continúe con mi apto mientras la besaba apasionadamente, estaba apunto de quitarle su ropa, hasta que uno de mis hombres tocó la puerta.
- Alpha Henry, alguien que no habías visto desde hace mucho tiempo, quiere verte-
Me detuve muy molesto al detener mi mejor momento para hacer mía a Ariadna.
Me levanté de la cama y abrí la puerta, mis hombres me susurró algo en el oído que me hizo impactar.
- Señor Alpha, Dianna había regresado y quiere verte-
Mi mente se nubló con solo escuchar su nombre, así que decidí seguir a mis hombres, pero antes de esto, encerré a Ariadna a mi habitación para evitar que ella escapara.
Me fuí a la sala y observé a una mujer de cabello castaño oscuro con ojos de color miel. La reconocí, ella es Dianna, mi primer amor.
- Henry, quería verte, lo siento mucho por haberte abandonado hace seis años atrás, en verdad lo siento, la manada Stronger Wolf me tomaron con rehen, me decían que si no me entrego a ellos entonces te matarán- Dianna se arrodilló antes mí pidiendome perdón, observé que estaba llorando.
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La elegida de la medianoche
FantasyAriadna solía creer en el amor y en los finales felices como si fuera un cuento de hadas, pero su vida cambia drásticamente cuando se entera que ella es la elegida para ser la compañera del Alpha Henry Johnson, el líder que gobierna el clan de lobos...