13. Capitan del barco.

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El sol de Cancún comienza a filtrarse por las cortinas de la habitación. Los rayos se cuelan sigilosamente y poco a poco, me arrancan del sueño. No es un despertar relajante; mi mente está nublada por los recuerdos del día anterior, de hecho casi no he podido dormir por no poder parar de darle vueltas a todo una y otra vez intentando llegar al final de todo esto de una vez. Los momentos compartidos con Tom se reproducen en mi cabeza una y otra vez, acompañados de la frustración por las continuas interrupciones pero a la vez me siento emocionada y alegre porque nunca pensé llegar a una situación como esta con él. Me estiro en la cama, intentando sacudirme esa sensación de incompletitud que me acompaña desde anoche.

Me levanto lentamente, y el contacto con el suelo frío me hace sentir más despierta. Me acerco al espejo y veo a una versión de mí que parece tan confundida como me siento por dentro. Respiro hondo y trato de enfocarme en el presente. "Es un nuevo día", me digo a mí misma, y quizás hoy, finalmente, las cosas se aclaren, aunque lo dudo, ya casi me parece imposible, tengo la sensación de que esto no será más que algo extraño que no saldrá adelante.

Bill no está en la habitación, debe haberse levantado más temprano, así que mientras me preparo para el día, decido enviarle un mensaje a Bill. A los pocos segundos, el teléfono vibra.

Río con nuestros mensajes (en el fondo nos amamos) y termino de vestirme con un vestido ligero, perfecto para el calor, y bajo al área de la piscina

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Río con nuestros mensajes (en el fondo nos amamos) y termino de vestirme con un vestido ligero, perfecto para el calor, y bajo al área de la piscina.

Al salir, el aire cálido me envuelve y puedo escuchar el sonido familiar del agua chapoteando y las risas de los demás. La piscina está rodeada de palmeras y plantas tropicales, lo que le da un ambiente casi privado, alejado del bullicio del resto del hotel. Cuando llego, veo a Georg y Tom lanzándose agua, como si fueran niños de nuevo. Bill está sentado en una tumbona, con una bebida en la mano, mirándolos con una sonrisa en el rostro y Gustav está acompañando a Bill a su lado.

—¡Buenos días! —exclama Bill cuando me ve acercarme.

—Buenos días —respondo, tomando asiento a su lado.

Bill me pasa una bebida que ha pedido para mí. Tom me observa desde la piscina, y aunque nuestras miradas se encuentran, rápidamente se gira y continúa su juego con Georg. Esa simple acción me hace preguntarme si está evitando lo que pasó anoche, o si simplemente está intentando actuar como si nada hubiera pasado.

—¿Todo bien? —pregunta Bill, su tono lleno de esa calidez fraternal.

—Sí, sólo... pensando. —respondo mientras miro a Tom de reojo.

—Ya veo... —Bill se recuesta y toma un sorbo de su bebida—. Ya sabes, Tom desde siempre ha sido así, un poco... reservado cuando algo le preocupa. Y ayer, cuando me contaste todo, me di cuenta de que probablemente él esté sintiendo lo mismo que tú, pero no sabe cómo manejarlo.

Me quedo en silencio, asimilando las palabras de Bill. Siempre es tan perspicaz, y a menudo ve las cosas con una claridad que me sorprende. Pero una claridad que me ayuda a aclararme mucho más y a ver las cosas más fáciles.

SUMMER LOVE// Tom Kaulitz fanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora