Our Secret |𝐓𝐚𝐞𝐡𝐲𝐮𝐧𝐠

Ocho

Taehyung;

Juego con el bolígrafo en mis manos mientras lo ocurrido con Eunmi la noche pasada no salía de mi cabeza por alguna razón. Suspiro, pasando mi mano por mi frente cerrando mis ojos por un momento.

—Knock knock; llamando al planeta de mi hermano —la voz de Sejeong me hace reaccionar y la miro. Me observaba con curiosidad mientras alzaba una ceja.

—¿Ya te vas? —me incorporo en el sofá para mirarla—. ¿Comiste todo tu desayuno?

—¿Puedo saber que te pasa? —me pregunta de vuelta—, has estado de esa forma durante unos cuantos minutos.

—No es nada.

—Pues no te creo, pero si no me quieres contar —se encoge de hombros sin insistir—. Me voy a la prepa, nos vemos más tarde.

—Que tengas un buen día.

—Tú igual ~ —canturrea antes de salir de la casa y cerrar la puerta.

Peino con mis dedos mi pelo y tomo el celular para ir a mi habitación y tomar una ducha. Salía del cuarto de baño mientras secaba mi pelo con la toalla cuando mi celular comienza a sonar haciendo eco en todo el lugar. Miro hacia la cama donde se encontraba encendido y camino hacia allí para tomarlo. Acepto la llamada poniendo el móvil en mi oreja.

—¿Si?

—¿Tienes algo para hoy? —pregunta Eunna con entusiasmo a través de la línea.

—Creo que no tenía hasta ahora, ¿verdad? —bromeo y la escucho soltar una risita.

—Hoy la galería estará libre, no tengo reuniones, no habrá invitados. En fin, todo estará bastante calmado y decidí que debería aprovecharlo para que vinieras. No has visto lo realmente buena que soy dirigiendo este lugar.

—Vale —asiento—. Veamos si eres realmente tan buena.

—¿Me envías tu dirección y paso por ti?

—Eunna, no soy un bebé y ya viví aquí ¿recuerdas? No hay necesidad de que quieras recogerme siempre y llevarme a todos lados —la regaño con tono divertido en mis palabras.

—Aquí mi verdadera pregunta es, ¿cuándo me enseñarás tu casa? Llevas más de una semana aquí y aún no he podido verla.

—¿Me envías la dirección de la galería o la busco en Google maps?

—Eres muy reservado cuando te lo propones —comenta desistiendo—, te paso ahora mismo la dirección por mensaje.

Aproximadamente una hora después, salía por los portones de mi casa con intenciones de dirigirme al sitio donde se encontraba la galería que dirigía Eunna. Mi celular comienza a sonar y miro en la pantalla del auto, viendo el nombre de "mamá" mostrarse allí. Acepto la llamada, añadiendo el alta voz sin quitar mi atención de la carretera.

—¿Puedo saber por qué llamas a esta hora? Si mal no recuerdo en estos momentos en Estados Unidos es de noche. Deberías estar durmiendo.

—Si no es de esta forma no puedo hablar contigo.

—Yo hubiera podido llamarte.

—Como sea... En vez de regañarme, dime como ha ido todo. ¿Cómo te sientes luego de tantos años?

—Me siento bien, no te preocupes.

—¿Qué hay de Sejeong? ¿Se ha adaptado?

—Podríamos decir que está muy entusiasmada —detengo el auto ante el cambio de color de semáforo—. Ha hecho amigos en la preparatoria, le gusta la ciudad. Creo que si ha recibido bien el cambio –la escucho suspirar.