El Cuarzo Citrino Favorito Del Diamante Amarillo

Guerra contra los Orgánicos parte 1

Planeta Cadmio 5 del Sistema Solar Aureolin 2

Sobre el mundo colonia gema que estaba en proceso de ser vaciado por sus recursos y convertido en una colonia apropiada del Imperio Diamante, del cual dicho planeta había sido terraformado apropiadamente antes de ser dejado desprovisto de sus océanos, una batalla espacial en curso estaba teniendo lugar entre lo que componía la escasa fuerza defensiva de naves del planeta y las naves atacantes de los orgánicos.

Ya había naves que pertenecían tanto al imperio gema como a las naves enemigas flotando a la deriva en el espacio después de haber sido golpeadas en la disputada batalla sobre la colonia, y actualmente quedaba una nave de mano de guerra con su flotilla restante de naves luchando contra naves espaciales de aspecto acuático que las superaban en número tres a uno; algo que había estado sucediendo durante toda la campaña de defensa para los comandantes gema que defendían el sistema solar contra las numerosas naves alienígenas.

Dentro de la nave de mano de Guerra Amarilla que quedaba, A Hessonita apretó los puños con agravante al tener que ver cómo toda su fuerza de defensa era superada en número y eliminada. En su defensa, que nadie podía reprocharle, ningún almirante, general, comandante o capitán de gemas que se preciara esperaba un ataque en el que el enemigo no fueran unas gemas rebeldes.

Estaban tan acostumbrados a luchar contra ellos mismos, que no tenían en cuenta que otras formas de vida avanzarían lo suficiente como para darles problemas antes de acabar con ellos antes de que se convirtieran en un problema; seguro que había planetas con orgánicos salvajes que interrumpirían el proceso de colonización de un planeta, pero nunca se imaginó Hessonita a sí misma en medio del mando de una defensa contra una raza orgánica espacial.

¿Cómo sabía Hessonita que estaba luchando contra orgánicos? Los malditos bichos fueron capaces de llamar a sus comunicadores y hablar con ellos en un galimatías que ninguno de ellos entendió, antes de que la señal se cortara antes del ataque a su sistema solar.

La gema de Hessonita emitió un sonido de enfado, antes de señalar hacia delante para que sus Nefritas prestaran atención: "¡A toda máquina, quiero que esta nave se abra paso hasta la nave situada más al centro, que el resto de nuestras naves la sigan y se lleven todas las que puedan! No permitiré que esos organismos aterricen ni una sola de sus naves en el planeta", rugió furiosa.

Hicieron lo que se les ordenó sin dudarlo, ya que muchos de los Nefritas habían visto muchas otras naves caer ante las naves enemigas, y como tales, tenían una estrecha amistad con los demás Nefritas. La timonel Nefrita, empezó a trabajar en su consola para iniciar la nave para su embestida, antes de que de repente sonara una sirena de aviso, señalando en uno de los radares Nefritas que llegaban refuerzos para las naves enemigas. "¡Oh, cielos!" Comentó preocupado el timonel Nefrita.

Una de las Nefritas del puesto de comunicaciones, se giró para hablar con su Nefrita con mirada preocupada, "¡Mi Nefrita, las Cadmio uno a tres han enmudecido, la cuatro acaba de enviar su señal de socorro!".

"¡Raagh!" Hessonita rugió de rabia mientras alzaba la mano y se agarraba los mechones de pelo, "¡He presentado innumerables informes de que nuestros planetas del borde exterior necesitaban más naves y defensas! Maldición". Gritó mientras se paseaba preocupada.

"¡La nave principal está cargando sus cañones!" Gritó una de las Nefritas mientras la batalla espacial entre las naves continuaba y la Gema de Hessonita luchaba por encontrar un plan con todas las probabilidades en su contra.

Hessonita se giró rápidamente sobre sí misma y se puso en pie para intentar tomar las riendas de la situación. "¡Maniobras evasivas ya, quítanos de en medio!", ordenó la gema al mando con un empujón de su dedo índice hacia el timonel Nefrita.