Había regresado, había regresado al pasado... Había regresado a antes de que todo comenzara, antes de su muerte. Antes de que fuera un fantasma impotente que observaba cómo su Shixiong era destrozado y violado repetidamente. Antes de que la rueda de...
/Advertencias/: Este capítulo contiene: maldiciones, angustia, un poco de violencia, un poco de llanto, inestabilidad mental, problemas de salud mental, posesividad, mención de la muerte de algún personaje, un poco de tonterías, Liu Qingge protector y conocemos algo sobre el señor del Pico Qing Jing.
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...De repente, la puerta se abrió de una patada...
Shen Anwei nunca odió a nadie tanto como se odiaba a sí mismo...
Durante toda su vida, Shen Anwei fue conocido como una belleza fría que poseía la dureza del invierno y la crueldad de un demonio si era necesario; un hombre aterrador cuya sonrisa característica era más aterradora que la mueca de desprecio de un demonio celestial, una sonrisa que, si desaparecía, todos sabían que la retribución que presenciarían era más aterradora que la ira de un dios.
Un hombre severo que exigía perfeccionismo de todos y de cualquiera bajo su mando o a su lado; ya fueran sus hermanos marciales o discípulos, Shen Anwei siempre exigía que dieran todo de sí y lo multiplicaran por mil si querían permanecer en su pequeña burbuja de seguridad.
Durante toda su vida, Shen Anwei intentó hacer lo que creía correcto, sin importar cuánto tuviera que dar y lo que tuviera que sacrificar; Shen Anwei hizo todo lo que se le ocurrió para lograr lo imposible, incluso si eso significaba que la pérdida que sufriría al final sería grave. Sin preocuparse por las personas que lo rodeaban y lo que se verían obligadas a hacer como consecuencia de cualquiera de sus planes; Shen Anwei era lo que la gente llamaba un estratega de corazón frío que no tenía una gota de simpatía en su corazón incluso cuando la situación lo requería.
Para un hombre que odiaba a muchos y amaba y realmente se preocupaba por solo unas pocas personas seleccionadas que podían contarse con sus manos y les quedaban muchos dedos; Shen Anwei aceptó quién era y lo que era, sin importarle los rumores o cómo la gente pensaba o percibía sobre él. Porque mientras su preciada gente estuviera a salvo, a Shen Anwei no le importaban las consecuencias que seguirían a sus acciones... así fue como fue criado y enseñado por su fría y distante madre, la anterior Dama de la Cumbre Qing Jing a quien la gente temía y veneraba en igual medida; la Dama de Hierro que puso el miedo de los Dioses en cada corazón con solo mencionar su nombre. Shen Anwei pensó que todo estaba bien en su vida, que todas sus acciones (sin importar cuán crueles fueran) estaban justificadas siempre que fueran por el bien mayor de su preciada gente y de los que él consideraba suyos...
