Unas manos grandes recorrieron su cuerpo, se detuvieron en su cadera y lo tomó fuerte mientras sentía que algo entraba despacio torturando su cuerpo y dificultando su respiración, quería gritar pero le tapó la poca.
—Vamos bebé, ruega para que te folle, es lo que deseas.
Yunho abrió los ojos y sintió que estaba sudando frío. Se quedó mirando hacia arriba, hasta que sus sentidos focalizaran en dónde estaba.
Cierto.
Él ya no era un prisionero, estaba en su cuarto. Era libre
Libre de Mingi.
Tzuyu dormía de manera pacífica junto a él, su rostro tan irreal que le hacía ver como un muñeca y Yunho sintió una punzada en su pecho.
Era todo, había terminado su pesadilla. Lo estuvo repitiendo mentalmente hasta que se convenciera de ello, no funcionó. Seguía tenso, irritado y muy vacío.
Volvió a cerrar sus ojos para respirar lentamente. Tampoco funcionó, quería arrancarse la cabeza y llorar.
Tzuyu tenía razón, él de verdad le urgía ir con terapeuta.
—Fue algo traumático, amor—habló con dulzura—Un psicólogo sería excelente.
Traumático. Yunho torció un poco los labios, Tzuyu no podía darse cuenta ni la mitad de lo que pasó, aunque creía que ella sospechaba que le había ocurrido algo. Tzuyu era inteligente, tenía ese sexto sentido que todas las mujeres tienen, nunca le había preguntado nada, pero no era tonta.
Posiblemente creía que habían abusado de él...que eso era lo que tenía tan reacio y de mal humor a Yunho.
Quiso reírse, su linda novia no podría imaginarse las escenas que él protagonizó, si Tzuyu se enteraba... Se sonrojó levemente lleno de vergüenza y temor, y tal vez un poco de asco.
No es que se considerara homofóbico o algo por el estilo, él simplemente pensaba en que cada quien era libre de ser lo que deseara, incluso gay. No le afectaba. Él siempre tuvo en claro que era heterosexual.
¿Qué habría de pensar su mamá si aún siguiera viva?
Se culpó todos los días desde que se enteró de ello, él aún seguía en prisión, y lloró desconsoladamente. En momentos como este, él de verdad extrañaba a su mamá. Quería un consejo.
Suspiró demasiado fuerte y ahogó su cara en la almohada, tal vez así lograba regular su respiración, las contó en pausas, inhala, exhala, inhala, exhala.
No resultó. Su tonta almohada demasiado suave, la cama muy dura, el cuarto demasiado caliente y él irritado.
Solo había sido un estúpido año. Pero en su vida parecía que habían pasado siglos, toda su vida, su libertad, su relación y él se sentían fuera de sintonía. Creía que seguía soñando y que cuando despertara él seguiría en una pequeña y fría celda, mientras un brazo pesado, posesivo y fuerte estaba sobre su estómago.
Yunho maldijo entre dientes. No. No pensaría sobre eso. No pensaría en él. Se había acabado.
Era normal de nuevo.
Lo era.
Tzuyu era muy bonita, con curvas en todos los sitios correctos, y con una personalidad tan cálida y dulce. Ella en definitiva tendría a muchos hombres y alguna mujer detrás. Aún así, una vez más, Yunho se encontró a sí mismo alejándose y mirando a su blanda polla consternado. Se sentó y se pasó una mano por la cara.
—Lo siento.
Detrás de él, Tzuyu suspiró.—¿Quieres hablar sobre ello?
—No-— dijo saliendo de la cama. Se encontraba con la cara roja de vergüenza y dándole la espalda, se puso sus shorts. No podía mirarla.
—Creo que es un buen momento de ver a un terapeuta.—dijo ella con cuidado.
Odiaba ese tono. Ella lo trataba como si fuera una persona muy enferma.
Probablemente tenía razón.
—Yo no necesito un terapeuta—Yunho espetó.
—Entiende.— dijo.—Han pasado cinco meses, pero es evidente que aún tienes problemas. No hablando solo de la intimidad. Sigues rechazándome. ¡Tengo que preguntarte si me puedo quedar o tocarte! Apenas duermes, y cuando lo haces, te he visto gemir en sueños, como si estuvieras en dolor. Tú no me hablas. ¡La mitad del tiempo estás tan distante que se siente como si no estuvieras aquí!
Yunho espetó.—Si yo apesto tanto, ¿por qué sigues aquí?
—¿Quieres que te deje en paz? ¿Es eso lo que quieres?
Suspirando, Yunho se dio la vuelta y caminó hacia ella.
—Lo siento.—dijo, envolviendo sus brazos alrededor suyo.—Yo no lo decía en serio. Lo siento. Sabes que te quiero.
—A veces me das la impresión que no lo haces
Él apretó la cara contra su pelo que olía dulce y cerró los ojos. Ella era tan suave en sus brazos.
Tan pequeña.
Tan frágil.
Tan errada.
Una voz susurró en el fondo de su mente. Yunho se mordió el labio con fuerza y abrió los ojos.
—Veré a un terapeuta.
holi ahora no actualicé un mes después, estoy evadiendo mi responsabilidad estudiantil, solo me faltaba corregir cosas, está cortito pq el siguiente es más extenso =)
felis juawelin, nos vemos en unos días ¡!
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【𝐇𝐔𝐑𝐑𝐈𝐂𝐀𝐍𝐄】уυηgι
FanfictionYunho se arrepentía de aquel error que le costó demasiado caro, pues su libertad y sus sentimientos se vieron dominados por aquel sujeto que creía odiar y que de algún modo, le gustaba. Mingi sólo sería pasajero, hasta que este se cansara de Yunho y...