La garganta le ardió apenas dio un primer trago. El humo del cigarro continuaba desprendiéndose en el aire, perdiéndose entre la brisa de la mañana. La punta de su pie golpeteaba al suelo en un rítmico movimiento que más allá de disfrutarse, comenzaba a tornarse irritante.

---¡Por dios, Kim Seungmin! ¡Detente ahora mismo!

Seungmin se detuvo y su mirada se perdió en el interior de la cocina del departamento. Un Felix estresado se asomó por ahí y se acercó a la mesita junto al ventanal con un plato de fruta picada. Arrebató la botella de vino y la alejó del menor provocándole un puchero.

---¿Qué pasa contigo, ah?

---¿Y si no le agrado a Sullyoon? ---se preocupó de pronto---. Mi abuela decía que una familia funcionaba bien si todos los integrantes se agradaban entre sí, pero la cuestión es que para Sullyoon, yo seré un desconocido y...

---Seungmin-ah, detente ---lo interrumpió---. Sully es una niña preciosa y encantadora, ella es incapaz de odiar a alguien y tú eres un buen sujeto... Desesperante, pero eres buen sujeto ---consoló.

Seungmin bufó no tan convencido con las palabras de su amigo. Anteriormente había podido dormir bien. Minho le había hablado maravillas de su hija y en su perspectiva, la pequeña era una masita linda. Sin embargo, los nervios comenzaron a carcomer su cabeza apenas se despertó porque no podía dejar de pensar en tanto y en nada a la vez.

---Anda, lávate la cara y los dientes que apestas a un adicto borracho de cincuenta años.

---¿Cómo sabes eso? ---parpadeó.

---Yo... No es... ¡Tan sólo ve y prepárate! ---demandó.

Seungmin respingó y se levantó de la silla, apagando su cigarro a regañadientes. Arrastró los pies escuchando los murmullos de Felix que le insultaban por lo de hace un momento. Ingresó al baño y se mojó el rostro con el agua helada, sintiendo que un escalofrío le pellizcaba la espalda. Seguidamente se cepilló los dientes y arregló su aspecto frente al espejo. Miró su teléfono y quiso ponerse a llorar cuando vio que eran escasos los minutos que faltaban para que el Lee mayor pasara por él.

De vuelta a la sala, se encontró con el pecoso arrellanado en la sala con el tazón de fruta en su regazo, miraba su teléfono descuidadamente y levantó la mirada sólo cuando Seungmin carraspeó la garganta.

---¿Y cómo es tu matrimonio? ---indagó, sentándose a su costado.

---Changbin sigue siendo tan lindo y atento como la primera vez que comenzamos nuestra relación ---respondió soñador---. Sé lo que te preocupa, Seungminnie, pero en serio, deja de creer en esa leyenda familiar tuya... Tú, yo, cualquier persona es la única responsable de su propia vida, no un historial lleno de coincidencias vagas.

Seungmin suspiró rendido. No iba a refutar nada porque aún el matrimonio del pecoso no parecía mostrar quiebres. Felix y Changbin parecían tan enamorados y unidos como el primer día que se declararon amor mutuo. Además, Seungmin no iba a ser tan desgraciado como para arruinar la relación ajena por una historia que ni siquiera le pertenecía a él.

---Oh, parece que ya ha llegado.

El menor parpadeó ante las palabras del pecoso. Prestó atención al silencio sin embargo, este se rompió por segunda vez cuando el timbre sonó. Cruzó miradas con su amigo y Felix tuvo que levantarse antes de que el menor saliera corriendo para esconderse al baño.

---¡Yah! Todo va a salir bien ---aseguró, sacudiéndolo un poco---. Ahora respira y mueve tu culo antes de que se haga tarde.

Seungmin ni siquiera se ofendió. Tomó la cajita que Felix dejó sobre sus manos y respiró hondo tal cual se lo recomendó su buen amigo. Murmuró unas palabras de ánimo para él y finalmente tomó el suficiente valor para despedirse y atravesar la puerta.
Minho esperaba con la mirada puesta en el teléfono. Alzó la cabeza cuando la puerta se abrió y ambas miradas castañas se encontraron una vez más.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 24 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

ANOTHER CHANCE [ KNOWMIN // 2MIN ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora