SHOYO

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13 años

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13 años

Investigar sobre las pandillas se había vuelto una obsesión y un hobby relevante en mi vida. Tenía que convivir con el hecho de lo que había hecho mi madre, con la muerte de mi padre y con el hecho de tener que asistir a una escuela por primera vez en mi vida. Siempre fui educado en casa, pero en estos últimos tres años, Mei había decidido enviarme a una.

Nunca tuve amigos, no los necesitaba; estaba bien con mi propia soledad y con mis investigaciones.

Guardaba todos los archivos bajo el colchón de mi cama. No sabía exactamente qué quería descubrir, pero la intriga era demasiado grande como para ignorarla. Me pasaba horas buscando información sobre diferentes pandillas, sus operaciones, sus miembros.

De todas, la que más me intrigaba era "Los Ravens". Había algo en ellos, en sus métodos y en su misteriosa reputación, que me atraía.

Buscaban justicia y eso me interesaba.

Dediqué meses a recopilar información sobre los Ravens. Utilizaba la biblioteca de la escuela para acceder a artículos antiguos, navegaba por foros en internet y observaba a personas en mi barrio que podrían tener alguna conexión.

Eventualmente, logré encontrar la ubicación de una de sus casas seguras. Era una casa vieja, casi abandonada, en una parte menos transitada de la ciudad.

Una tarde, decidí ir a investigar. Sabía que era peligroso, pero la curiosidad pudo más que mi sentido común. Caminé hasta la dirección que había encontrado y me aseguré de no ser seguido. La casa estaba rodeada por un jardín descuidado y tenía ventanas cubiertas con cortinas raídas. Me acerqué lentamente, mi corazón latiendo con fuerza en mi pecho.

Justo cuando iba a dar la vuelta por la parte trasera de la casa, alguien me agarró del hombro. Me di la vuelta rápidamente y vi a un chico de cabello corto y expresión severa.

—¿Qué haces aquí?

—Yo... solo estaba investigando— respondí tratando de sonar valiente.

El chico me miró fijamente, evaluándome.

—Investigar, ¿eh? ¿Sobre qué?

—Sobre los Ravens— dije sin vacilar.

El chico alzó una ceja y luego sonrió de lado— Vaya, tienes agallas. Soy Tanaka. ¿Quién eres tú?

—Soy Shoyo.

—Bien, Shoyo. Ven conmigo. Creo que te gustará lo que tenemos aquí.

Me llevó al interior de la casa, que resultó ser mucho más organizada de lo que parecía desde afuera. Había mapas, documentos y varios miembros trabajando en diferentes tareas. Me sentí abrumado pero emocionado.

—Si estás interesado en los Ravens, podríamos necesitar a alguien como tú. Pero antes de nada, debes saber que esto no es un juego. Es peligroso y serio. ¿Estás dispuesto a arriesgarte?

Miré a Tanaka a los ojos y supe que esta era la oportunidad que había estado esperando.

—Sí, estoy dispuesto.

—Bienvenido a los Ravens, Shoyo.

A partir de ese momento, mi vida cambió drásticamente. Dejé de ser un solitario investigador y me convertí en parte de algo mucho más grande. Los Ravens se convirtieron en mi nueva familia y, aunque el peligro siempre estaba presente, por primera vez en mucho tiempo, sentí que tenía un propósito.

Partners in crime (precuela)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora