Capítulo 11: El Consejo de los Antiguos

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Alara y Lysara abandonaron el Bastión de Arion al amanecer, su misión en la fortaleza cumplida pero su camino aún incierto. Con los cuatro fragmentos en su posesión, su próximo destino era la ciudad de Elarion, el antiguo centro de conocimiento y poder del mundo. El consejo de los Antiguos, los guardianes de la sabiduría ancestral, podría tener las respuestas que necesitaban para enfrentar la creciente sombra.

El viaje a Elarion fue largo y agotador. A medida que se acercaban a la ciudad, la magnificencia de la metrópoli se hacía cada vez más evidente. Elarion se extendía a lo largo de un valle amplio, con torres y palacios que se alzaban majestuosamente entre los jardines y los canales que serpenteaban a través de la ciudad. Los edificios estaban construidos en piedra blanca y mármol, y sus tejados estaban adornados con mosaicos dorados que reflejaban la luz del sol en destellos resplandecientes.

Alara y Lysara llegaron a la entrada de la ciudad justo cuando el sol comenzaba a descender, pintando el cielo con tonos cálidos de naranja y rosa. La puerta principal de Elarion era un enorme arco de piedra decorado con inscripciones antiguas y símbolos mágicos. Alara sintió una mezcla de reverencia y ansiedad mientras cruzaban el umbral y entraban en la ciudad.

Elarion estaba llena de vida y movimiento, con habitantes que se desplazaban por las calles y plazas, realizando sus tareas diarias. Sin embargo, la atmósfera estaba cargada de una tensión sutil, como si la ciudad misma estuviera esperando algo. Los murmullos de la gente y los sonidos de los mercaderes se entremezclaban con la sensación de urgencia que sentían Alara y Lysara.

Guiados por las instrucciones de Eryndor y los Guardianes de la Niebla, se dirigieron hacia el Palacio de los Antiguos, un edificio impresionante ubicado en el corazón de la ciudad. El palacio era un vasto complejo de salas y corredores, con columnas de mármol y techos adornados con frescos que representaban escenas míticas de la historia de Elarion.

Al llegar a las puertas del consejo, Alara y Lysara fueron recibidas por un grupo de guardianes de la ciudad, vestidos con túnicas ceremoniales y armaduras relucientes. Los guardianes los condujeron a una gran sala de audiencias, donde se encontraban los miembros del Consejo de los Antiguos.

El consejo estaba formado por figuras imponentes y venerables, con largos cabellos y barbas canosas, y ropajes adornados con símbolos de sabiduría y poder. En el centro de la sala se encontraba el Gran Anciano, un hombre de apariencia majestuosa y mirada penetrante que parecía irradiar una autoridad natural.

—Saludos, Alara y Lysara —dijo el Gran Anciano con una voz profunda y resonante—. Hemos estado esperando vuestra llegada. Los fragmentos que lleváis son de gran importancia, y la sombra que se avecina amenaza con desatar una oscuridad sin precedentes sobre nuestro mundo.

Alara se inclinó respetuosamente ante el Gran Anciano y los miembros del consejo. Sabía que este momento era crucial para comprender cómo podrían utilizar los fragmentos para restaurar el equilibrio y enfrentarse a la amenaza creciente.

—Hemos recuperado los fragmentos de la Naturaleza, el Fuego, la Luz y la Destrucción —dijo Alara—. Pero aún no sabemos cómo detener la sombra que se ha despertado. ¿Qué debemos hacer para completar nuestra misión?

El Gran Anciano asintió con seriedad y se dirigió a un pedestal en el centro de la sala, donde se encontraba un antiguo libro encuadernado en cuero dorado. El libro estaba lleno de inscripciones y diagramas que reflejaban el conocimiento ancestral de Elarion.

—Este libro contiene la Sabiduría de los Antiguos, la clave para entender el origen de la sombra y el papel que los fragmentos juegan en esta batalla —explicó el Gran Anciano—. La sombra que enfrentamos es una manifestación de una fuerza primordial que ha estado sellada desde tiempos inmemoriales. Su despertar ha sido facilitado por el desequilibrio causado por la fragmentación del poder.

Alara y Lysara se acercaron al libro, estudiando las páginas mientras el Gran Anciano continuaba explicando.

—Para restaurar el equilibrio y derrotar a la sombra, debemos realizar un antiguo ritual en el Corazón de Elarion, el lugar donde el poder de los fragmentos puede ser canalizado. El ritual requiere la unión de todos los fragmentos en una ceremonia que solo puede llevarse a cabo en un momento específico, cuando las estrellas se alineen en la constelación de los Guardianes.

El Gran Anciano indicó un diagrama en el libro que mostraba una serie de estrellas y constelaciones, y una fecha próxima marcada con un símbolo especial.

—El momento adecuado para realizar el ritual se acerca —dijo el Gran Anciano—. Sin embargo, el camino hacia el Corazón de Elarion está lleno de peligros. La sombra ha enviado sus seguidores para evitar que completes tu misión. Tendréis que enfrentarlos y superar sus desafíos.

Alara y Lysara se prepararon para la próxima etapa de su misión. El conocimiento del consejo les proporcionaba una dirección clara, pero también les recordaba los peligros que aún debían enfrentar. Con los fragmentos en su poder y la guía de los Antiguos, estaban más cerca de completar su misión, pero el desafío final estaba aún por venir.

—Os daremos todo el apoyo que podamos —dijo el Gran Anciano—. El destino de Elarion y del mundo está en vuestras manos. No olvidéis que la fuerza y el coraje son tan importantes como la sabiduría.

Con una mezcla de gratitud y determinación, Alara y Lysara abandonaron el Palacio de los Antiguos y comenzaron a prepararse para el ritual. Sabían que la batalla final estaba cerca y que tendrían que enfrentarse a las sombras y a los seguidores de la oscuridad que harían todo lo posible por detenerlos.

El Legado de ElarionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora