Y fue así como después de 16 años, estaba encima de mi moto, una Yamaha Teneré 250 del año 2015. Con el tanque de gasolina lleno, una maleta con un jean, tres camisetas, unos pares de medias, otros pares de boxers, una maleta con herramientas que a duras penas sabía como usar, mi computador, una cámara, un dron, un libro y las mismas ganas de recorrer el continente que tuve en el año 2008.
Con 1000 dólares en el bolsillo, sin fecha de regreso y sin una ruta establecida, solo sabía que quería llegar a Perú y dependiendo de como fuese todo en el viaje, eventualmente poder llegar a Buenos Aires, Argentina. Sabía que eran unos 6 mil kilómetros aproximadamente, pero no estaba del todo seguro que mi moto, siendo una moto relativamente pequeña, pudiera aguantar toda la ruta. Adicional yo tampoco me sentía preparado para estar recorriendo tanto camino, solo y a mis 42 años.
Recuerdo que cuando era apenas un niño de 8 o 10 años, me imaginaba montado en una moto de cross mientras iba en el asiento de atrás del carro viendo como pasaba todo por la ventana. Me veía montando mi moto al lado de la carretera, pasando las montañas y las colinas, saltando las cercas, esquivando las vacas.
Durante el 2007 y 2008 estuve viviendo en Buenos Aires y luego de no poder hacer un viaje a Francia, decidí que quería regresarme desde Buenos Aires hasta Bogotá en moto. Sin mucho dinero, pero con algo ahorrado y esperando que mi papá pudiera pagarme algo que me debía, pensaba hacer la ruta. Quería comprarme una Honda Tornado 250. Me parecía una moto increíble y me gustaba muchísimo.
Cuando llegó el momento de regresar, tuve que aceptar -tristemente- que no iba a poder hacer el viaje en moto. Mi papá no tenía el dinero y yo ya había gastado mis ahorros durante los últimos meses en Argentina. Mi papá también estaba triste, porque él, al igual que yo, estaba entusiasmado con la idea de mi viaje, pero así fue que en septiembre de 2008 regresé a Bogotá como otro pasajero más en un vuelo de 6 horas.
Unos meses más adelante, en marzo de 2009 mi papá fallece. Una falla cardiaca inesperada.
En algún momento después de esto, decidí hacerle una promesa a la memoria de mi papá. Hacer ese viaje, que en algún momento habíamos hablado los dos.
Después de 2 Yamahas BWS 100, una Yamaha Fazer 150, una Triumph Street Triple 675, una KTM EXC 300, una KTM EXC 250, una Ducati Scrambler 800, una KTM 990 SMT, una Suzuki DR 350, una Triumph Speed Triple 1050 y ahora, la última moto que había comprado, la Teneré 250, estaba listo para empezar este viaje.
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Crónicas de un viaje solo por sudamérica
AdventureDurante un viaje de más de 26 mil kilómetros y recorriendo 8 países, Dougan Villamil se encuentra en cada paisaje muchas respuestas y en cada persona muchas enseñanzas mientras pasa por pasajes diferentes de su vida que se conectan con el viaje y co...