Me equivoqué en la parte de las sororitas, ya alguien me dijo que las adeptas aparecieron después de la muerte del emperador. Así que digamos que hubo un malentendido que causó que las adeptas consideraran a los squigs blancos como bestias divinas y todo eso.
Milenios más tarde. En un mundo del imperium.
La muerte del emperador ha causado un enorme impacto y cambio en todo el imperio del hombre al igual que la muerte, traición o desaparición de varios primarcas.
En un mundo distante del imperium, una guerra se desataba dentro de ese desolado mundo. Una larga trinchera protegía los muros de la ciudad más importante de dicho mundo, con cientos de miles o incluso hasta millones de la guardia imperial estacionados en esas trincheras.
Un convoy grande venía para apoyar las fuerzas en las trincheras. Dentro de un transporte, se hallaba un grupo de guardias eldar, siendo parte del convoy. Sin embargo, nos enfocaremos en una eldar en específico.
Su largo cabello escarlata, atado en una larga cola de caballo con mechones en la frente dirigidos hacia un lado, se movía de un lado a otro por el movimiento del camión. Su rostro tan refinado que llamaba las miradas de todos los que la vean, su cuerpo que incluso con el uniforme imperial atraía miradas heréticas y lascivas de hasta los hombres y mujeres más estoicos. Su altura de 203 cm intimidaba a sus compañeros humanos de baja experiencia al igual que su atlética figura, pero los llenaba de confusión sus largas y elegantes orejas puntiagudas.
Sus ojos zafiro eran dirigidos al suelo sin ningún otro sentimiento más que la depresión. —Leynd...— Llamó uno de sus compañeros eldar. Leynd rápidamente movió su mirada al hombre eldar que la llamó, casi como si fuera por reflejo, —¿Crees que por fin encontremos la redención en la muerte?— Preguntó el mismo que la llamó.
Leynd cerró los ojos lentamente. —Eso espero... y eso creo.— Afirmó con su voz ronca pero increíblemente hermosa y monótona con el tono cántico y distorsionado natural de los eldar. —¿Cómo va con tu amigo humano? ¿Crees que haya muerto?— Preguntó esta vez una guardia eldar. —Íbamos bien, me ofreció mucha piedad inmerecida, pero no creo que siga con vida.— Respondió Leynd sin cambiar su voz.
Se detuvo el transporte, los 14 guardias eldar se levantaron, tomando su lasgun de doble cañón y su espada de acero reforzado, y corrieron a una velocidad sobrehumana hacia las trincheras. Sin embargo, observó a un guardia imperial en el camino y corrió rápidamente hacia allí. —¿Rad?— Preguntó la eldar, y un joven adulto volteó su mirada, con una sonrisa.
La eldar se movió a su lado, se levantó de la trinchera y disparó 12 veces con precisión, logrando eliminar algunos de los enemigos del emperador, luego se retiró brevemente. —Leynd. No creo que sobrevivamos...— Dijo asustado el guardia imperial, pero la eldar ya había comenzado una segunda ronda de disparos para luego retroceder. —¿Por qué dices eso?— Preguntó para luego levantarse nuevamente y disparar una tercera ronda.
—Leynd... la verdad quería decirte que...— La mujer eldar se detuvo y le apuntó con el lasgun. —No, no lo digas Rad. Eso es herejía, eso nunca pasará. Quiero devolverte la piedad que me has dado, pero por favor, no insistas, o no tendré más opción que eliminarte. No me fuerces.— Leynd habló con extrema seriedad al notar lo que quería decir Rad.
Uno pensaría que está siendo demasiado supersticiosa, insensible y cruel, pero en realidad está protegiendo a Rad. Rad lo sabía y suspiró un poco molesto, triste y preocupado. —Está bien, gracias Leynd.— Dijo Rad, solo para que luego ambos se alcen y disparen una ronda más contra el enemigo.
Una guardia eldar corrió hacia Leynd. —El comisario la está llamando, por favor sígueme.— Dijo rápidamente corriendo hacia un camino, Leynd luego la siguió a gran velocidad no sin antes dedicarle una mirada seria pero suplicante a Rad, el cual solo asintió.
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¿Qps el emperador usara xenos?
FanfictionEsto es una teoría que podría haber sido posible conociendo lo científico y también lo mucho que se preocupa por la humanidad el emperador con un cambio leve de pensamientos, sin embargo, no cambiaría la personalidad del emperador en absoluto.