Al despertar, Ian se estiró, pero su mano sintió la presencia de alguien. En realidad, golpeó a la persona que estaba a su lado y que estaba completamente cubierta con su sábana. Saltó un poco hacia atrás y luego se acercó escuchando pequeños ronquidos.
Al tirar de la sábana, esta se desprendió y reveló a una rubia que lucía más desaliñada que nunca. Su lápiz labial estaba corrido por todas partes, y el delineador de ojos y el maquillaje estaban fuera de lugar. Sin embargo, lucía tranquila mientras dormía. A pesar de lo desprolijo que se había vuelto el maquillaje, sus rasgos faciales eran bonitos. Pestañas largas, labios carnosos y una nariz pequeña lucían perfectos en su pequeño rostro.
Volviendo a la realidad, miró a su alrededor y se dio cuenta de que no estaba en su mansión. En cambio, parecía un hotel, lo cual era cierto. Sin intentar hacer ruido, Ian se levantó de la cama y se dirigió al baño.
Un ligero dolor de cabeza lo fastidió durante varios minutos bajo la ducha, pero los incidentes de la noche anterior pasaron uno a uno por su mente. La bonita rubia sedujo a Ian con éxito y terminaron allí. Después de que Ian le revelara quién era, ella estaba más que emocionada y se esforzó mucho más para acostarse con él.
Estaba borroso, pero Ian no quería estar completamente borracho ayer por si acaso John se ponía peor. Así que no se emborrachó por completo y le quedó un poco de cordura durante la noche. Por eso recordaba ciertos incidentes. Por ejemplo, cómo ayudó al chofer de John a llevarlo a casa. Fue un completo caos y apresuramiento.
Al salir de la ducha, fue a la habitación y vio a la rubia sentada en la cama con las piernas cruzadas, pero las sábanas cubrían su cuerpo desnudo.
—¿Ya te vas? —preguntó con su voz sedosa. Ian pensó que era un alivio para los oídos. Se giró para mirarla.
-Tengo un lugar donde debería estar en unos minutos-dijo y le dedicó una sonrisa mientras recogía la ropa del suelo en diferentes lugares donde la había dejado.
"¡No puedo creer que me acosté con Ian Renner! Esto es... simplemente maravilloso", dijo y se rió entre dientes.
Ian se acercó a ella y la besó en la frente susurrando: "Anoche también fue maravillosa".
—Estabas completamente borracho —dijo ella y sonrió, pero con sus ojos clavados en los de él.
"Jaja... lo sé, pero seguro que fue maravilloso, regresa a casa sana y salva", dijo y comenzó a vestirse rápidamente. Se despidió de ella y sin perder un segundo se dirigió a su casa a buscar ropa limpia.
-
[Estudio de Renner]
"Está aquí una señora que dice ser arquitecta", le informó el asistente de Mason.
—Hazla pasar, por favor —dijo mientras se levantaba.
Una chica que debía tener unos 20 años entró con un bolso colgado del hombro izquierdo. Se veía atractiva con su largo cabello castaño que le llegaba hasta las caderas y una sonrisa educada.
"Pasa", dijo Mason cortésmente y la invitó a pasar.
"Buenos días, gracias por invitarme aquí".
—¿Usted debe ser la señorita Madison? —preguntó mientras ella tomaba asiento frente a él.
La oficina en la que trabajaba Mason no tenía mucho espacio para más de cinco personas. Era una habitación de forma rectangular, con pequeñas ventanas para ventilar, un escritorio de madera en forma de L y algunos armarios que le quitaban algo de espacio a la oficina.
"Por favor llámame Madison"
"¿Fue fácil encontrar el camino hasta aquí?", preguntó.
—Ah, sí, el GPS me ayudó. Aquí está mi portafolio, comprueba si está a la altura de tus expectativas —dijo con seguridad.
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Rey de Hollywood
Ficción GeneralAdvertencia: Contenido para adultos - Cuando un actor transmigra a un mundo donde ninguna de las obras maestras del entretenimiento de su mundo anterior ha sido revelada, ¿cómo cambiará Hollywood? Ian Renner, que siempre soñó con estar en la cima de...