Abre un libro al azar y elige una línea

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La cama tiene sábanas blancas y frescas. Las enfermeras uniformes blancos y limpios y la monja, la hermana Rita, esta de blanco. El doctor Humphrey y el doctor Campbell tienen batas blancas y aparatos que les cuelgan del cuello y que me ponen contra el pecho y por todas partes. Duermo y duermo pero siempre despierto cuando traen unos frascos de un liquido rojo vivo que cuelgan de unas varas altas encima de mi cama y me ponen tubos en los tobillos y en la mano derecha.

Papá me observaba desde el rincón más alejado de la habitación, con una expresión muy ajena a él, pero que recuerdo claramente haberla visto en mi tío I. Ruso. Preocupación.

Me atacó una fiebre durante la noche de hace 3 días, tal vez por haber estado en el bosque en plena tormenta después de que mi padre me abandonará a mi suerte después de jugar el mismo juego de caceria dónde soy perseguido por perros durante horas.

Mi tío me encontró y trató de aliviar un poco el malestar que sentía. Recuerdo que salió enojado mientras maldecia el tener que traer un doctor. Dormí en cuanto lo perdí de vista.

Cuando desperté estaba en el cuarto de Zarist y un doctor platicaba con él. No entendí mucho, algo sobre mi condición de país y mi fiebre que al parecer era extraña, solo se que mencionaron que no moriría mientras me cuidaran hasta bajar la fiebre. Después me dormí.

Papá durmió conmigo, me abrazó y se aseguro de que las enfermeras me aplicarán el medicamento correcto. Le gritó a una por casi ponerme una dosis más grande, la chica se asustó y casi tira el frasco. Papá le volvió a gritar y la sacó del cuarto, dejando a una sola enfermera temblando de miedo.

Fueron otros tres días hasta que la fiebre me bajo, casi una semana. Ya podía comer sin ayuda y ya no dormía todo el día, eso significó tener que regresar a mi celda. No me molestó hacerlo, pero tampoco me alegró, después de todo papá ya no me daría un abrazo mientras duermo, pero ahora podría hablar libremente sin que le irritara.

























La línea del libro pertenece a "Las cenizas de Ángela", un libro que era de mi abuela y que antes de que yo lo leyera mi mamá me contó el final.

Ya saben que está historia es de nuestro pequeño y encarcelado USSR, quien aún aprecia a su padre.

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⏰ Última actualización: Aug 21, 2024 ⏰

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