Agustus

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- Se llama Agustus.

- ¿Agustus?- Pregunté sorprendida.

Adri y Devian asistieron.

-Es un nombre extraño, ¿Quién le pondría ese nombre a un gato?

Ajá. Agustus era un gato, ¿Qué os creíais?

Como ya os describí, su pelo era de color oscuro y su forma de andar ágil y silenciosa. Vamos, como todos los gatos.

Su mirada era misteriosa, pero porque no le veía los ojos. Alguien le había puesto una especie de gafas de aviador.

Agustus se acercó a nosotras y se nos quedó mirando. Alargué una mano hacía él.

- ¡No le quites las gafas!- Exclamó Devian- Es capaz de arrancarte la mano con tal de que no se las quites.

Contemplé al gato, este me observaba tranquilamente.

- ¿Eres un Ocupa del instituto?

- ¡Pues claro que no lo soy!

- ¿Seguro?- Le miré inquisidoramente.

-¡Segurísimo!

Me quedé callada y entonces caí en la cuenta de la situación.

-¡Dios mío!- Le señalé con el dedo- ¡Un gato que habla!

Corrí a esconderme detrás de Devian y comencé a buscar frenéticamente ramitas por el suelo para improvisar una cruz. Como no encontré nada, junté mis dos dedos índices y los alcé sobre mi cabeza.

-¡Vade retro! ¡Atrás gato del diablo!

Devian se apartó dejándome desprotegida.

- ¿Qué se supone que haces Melanie?

Me observé a mí misma. Estaba medio agazapada sobre el césped, con los brazos en alto formando la cruz con los dedos y seguramente con una expresión de psicópata pintada en el rostro.

- Protejo mi alma, tal vez tu no le tengas apreció a la tuya, pero yo sí- Repuse- De hecho, espero conservarla para que cuando muera pueda hacer algún trato con San Pedro. Conservo esa esperanza.

- Que estupidez, ¿De qué te proteges?

- De ese bastardo del mal.

- ¿Agustus?- Preguntó extrañada.

Asentí lentamente.

- ¡Si es inofensivo!

Observé al gato. Este ladeaba la cabeza en señal de interrogación. Se lamió una pata. Se volvió a lamer la pata. Se lamió en… ¡Pervertido!

- ¿Es qué no le has escuchado antes?- Le zarandeé un poco de los hombros- ¡Ha hablado! ¡El gato!

- ¿Pero qué dices? ¡Y no me zarandees! ¡No vuelvas a hacerlo! ¡Te aviso!

Le solté.

- ¿No lo has oído?

- Lo único que he oído ha sido a ti haciendo de ventrílocua.

- ¿En serio?

Ella asintió.

- Te has puesto a hablar haciendo como si el gato te estuviese contestando. Me he preocupado, la verdad.

Me encogí de hombros. No me sorprendía eso de mí, la verdad. Aunque… ¿Tendría acaso pérdidas de memoria temporales?

Agustus me bufó. Parecía un poco exasperado.

- Eres extraña.

-¡Ya está! Lo has vuelto a hacer- exclamó Devian.

- Si lo sé, me he dado cuenta. Creo que adivino lo que Agustus piensa y lo repito en voz alta. Puede sernos útil.

MelanieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora