Mi camiseta

144 11 8
                                    

Corría por la calle como si me fuera la vida en ello.

 Imaginaros la escena: Yo (Obviamente) con el pelo despeinado tapándome la cara, la mochila medio abierta  y un croissant relleno de chocolate  en la mano.

Fue una suerte no perder ningún libro a mitad de camino, también lo fue no mancharme la camisa blanca de chocolate, y bueno… ya que estamos también doy gracias por haberme librado de ser atropellada.

Me alegro mucho de no haberme convertido en tortilla francesa, principalmente porque… no soy francesa.

Aunque quizás ahora deberíamos variar la escena.

 Ajá, yo corriendo como una desquiciada. Hecho.

Pelo que no me deja ver  nada. Hecho.

 Mochila destrozada. Hecho.

Croissant robado a Cristina. Hecho.

 ¿Qué faltaba por añadir? Mmm… Un coche destrozado contra un muro por haberse desviado para no matarme. Lo siento coche, rezaré por ti cada noche. Haré que te santifiquen, lo prometo. De hecho, ¡Pongo a Dios por tes…!

Un momento…

¡Olvídalo! El conductor acaba de salir del coche enseñándome el dedo corazón. ¡Espera! ¿Cómo se atreve a insultarme? ¡Será el muy hijo de Pursuit!  

(Tranquilos, no es su hijo de verdad. Mi profesor sigue siendo tan puro y virgen como siempre)

 En fin, a lo que iba.

 Llevo ya dos semanas yendo a clase y hoy es el primer día que llego tarde.

Resulta que a Cristina no le parece bien que me despierte frente al instituto y me obliga a levantarme en casa ¿Os parece normal?

 A mi lógicamente no, sino no estaría protestando por ello.

 Cuando por fin llegué a la puerta de la entrada vi que allí me esperaba Devian.

 -  Que sorpresa encontrarte despierta- Me saludó sonriendo.

 - No preguntes- Respondí de mal humor.

 Ambas comenzamos a caminar, dirigiéndonos hacia la primera clase.

 - ¿Una mala noche?- Encarnó una ceja- Ya te avise que Agustus no parecía ser el compañero de cuarto ideal.

 ¡Agg! Maldito gato.

 Desde que de repente, se había convertido en mi Ocupa Personal (el puesto de acosador ya está cogido) se había autoproclamado emperador de todo aquello que veía. Era realmente cargante. Sobre todo por la noche, cuando decidía que el mejor sitio para dormir era encima de mi cara.

 Lo peor es que al saber interpretar sus gestos y maullidos, (¿No te lo crees? Pues bien, me importa una mierda que no sea así) manteníamos largas conversaciones, que por supuesto terminaban en una persecución con banda sonora de película cómica. De hecho, cuando esto sucedía, Cristina salía corriendo en busca del CD donde tenía grabada esa melodía.

 - Agustus es un plasta con gafas, pero no es por eso. Cristina me ha prohibido dormir aquí ¡Y tú ya te has dado cuenta! ¡Así que deja de fingir que no ha sido así!

 - No te pongas así, aquí la violenta soy yo, no tú. Nadie te ha otorgado ese derecho.

 - ¿Y a ti si?

 - Tengo un diploma en mi cuarto.

 Puse los ojos en blanco.

 - ¡Dios mío!- Exclamó Devian.

MelanieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora