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"Bianca"

Mi mirada viajaba entre Thomas y la puerta. Sabía que cuando la abriésemos, Isabella se escandalizaría y, lo que menos me apetecía ahora mismo era tener que enfrentarla y que armase un numerito delante de todos los pasajeros.

Por otro lado, era consciente de que, en algún momento, tendríamos que salir, por lo que, para acabar con esto cuanto antes, me dirigí hacia la puerta y la abrí.

La expresión de Isabella mostraba sorpresa e indignación, justo lo que me esperaba.

"¿Thomas, qué haces ahí dentro con esta?"— pregunta con incredulidad en su tono.

No pienso permitir que cuestione lo que hago o dejo de hacer, no después de besar a mi novio, cuando sabía perfectamente que éramos pareja.

Antes de que Thomas pudiese decir algo, intervengo— "Oh, por favor, no te hagas la sorprendida. No tienes ningún derecho a indignarte, no eres su novia, no sois nada. Creo que deberías aceptar que a Thomas no le gustas, de hecho, ni te soporta. Ahora, si me disculpas, me gustaría volver a mi asiento.

Su cara se torna ahora a un tono rojo, que no sé descifrar. No sabía si se trataba de enfado o vergüenza. Sin embargo, no me importaba lo más mínimo.

"Por cierto, esta tiene un nombre, Bianca. Me llamo Bianca. Al menos ten algo de respeto"— digo por último.

Cuando Isabella se hace a un lado, salgo del pequeño recinto y camino hacia mi asiento, dejando a Thomas atrás.

Al fin y al cabo, había sido él que la había besado y el que le había dado ilusiones, era él quien debía aguantarla. Yo estaba harta de tener que solucionar los problemas de los demás.

"Thomas"

Me sentía satisfecho al escuchar las palabras de Bianca. No había mentido. Isabella no me gustaba y, en momentos, tampoco la soportaba. Me sentí atraído hacia ella cuando no estaba pasando por mi mejor momento, pero ahora, con la competición a la vuelta de la esquina, no estaba preparado para mantener una relación, ni para aguantar estupideces.

"Dime que no ha pasado nada entre vosotros ahí dentro"— al ver que no digo nada, ella sigue— "¿Como se atreve esa a cuestionar tus sentimientos por mi? Los dos nos queremos, ¿no es así?"— sus palabras abren paso a una oportunidad que no podía perder. Tenía que decirle la verdad, dejar las cosas claras entre ambos.

"Mira Isabella, eres una chica muy guapa y no tengo dudas de que cualquier persona querría estar contigo, pero ahora mismo no estoy preparado para tener una relación. Te agradezco mucho que me ayudaras cuando no tenía a nadie y no estaba bien, sin embargo, no me gustas, no me interesa formar una relación contigo. Lo siento si he herido tus sentimientos, pero esa es la verdad. No quiero darte falsas ilusiones"— las palabras salían con sinceridad desde lo más profundo de mi interior.

El beso con Bianca me había hecho reflexionar. No estaba preparado para tener una nueva relación, no después de haber terminado con ella hacia menos de tres semanas. Cierto es que, mi intención es arreglar las cosas entre nosotros. Quiero tener una relación cordial con ella, ahora más que nunca.

"No me puedo creer que estés diciendo esto. ¿Después de cómo te ha tratado últimamente? Parece que has olvidado cómo te ha ignorado o como te tiró todas tus cosas por la ventana"— no puedo evitar soltar una carcajada al recordar ese momento— "¿Te hace gracia? Mírate, das pena. Mejor para mí, no quiero estar con alguien que no es capaz de superar a su ex"— tras estas últimas palabras me empuja y entra en el baño, dando un portazo.

Decido regresar a mi asiento, donde Bianca se encuentra utilizando su teléfono. Cuando me siento, me pregunta—"¿Todo bien?"

"Todo perfecto, gracias por preguntar. Por cierto me ha encantado como le has respondido a Isabella."— las palabras salen con total sinceridad desde lo más profundo de mi interior.

"Tranquilo, no es nada. Hacía tiempo que esa chica necesitaba que le dieran un golpe de realidad. Además, sé lo mucho que ansías conseguir una medalla de oro y no quería que ella afectara en tu participación porque, seamos sinceros, era claramente una distracción."— lo que dice hace que una parte de mí se alegre, pues veo como todavía se preocupa por mí.

"Te lo agradezco, de verdad. Yo también espero que te vaya muy bien en la competición, soy consciente de lo importante que es para ti. Además, creo que te lo mereces, mucho, eres de las que más trabaja."—le dedicó una sonrisa, que resulta ser recíproca. Quería que supiera que yo también le deseaba lo mejor.

Miro mi reloj y veo como solo quedan 10 minutos para aterrizar. Los aprovecho para relajarme y descansar un poco.

Al final el viaje no fue tan terrible como pensé que podía llegar a ser. Resultó ser una caos pero tuvo su parte buena y estaba agradecido por ello.

"Bianca"

Cuando el avión aterriza, recogemos todas nuestras cosas y nos preparamos para salir. Sé que fuera está esperando un montón de prensa, lo que me pone algo nerviosa.

A pesar del nerviosismo, me siento entusiasmada. Mañana por la tarde comenzaremos a competir y siento que se trata de la oportunidad perfecta para dar un gran paso en mi carrera profesional.

Espero que el equipo de natación italiano ganemos alguna medalla, nos lo merecemos por todo lo que hemos trabajado. Además, los Juegos Olímpicos solo tienen lugar cada cuatro años.

En el momento en el nos subimos al coche que nos llevará hasta la villa donde nos alojaremos, decido tomar mi teléfono y llamar a mi familia para comunicarles que hemos llegado bien.

Cuando lo enciendo, un montón de notificaciones saltan en mi pantalla. Se trata de una noticia publicada hace unas horas. Me quedo incrédula, harta de que la prensa siempre invente dramas.

¿No íbamos a poder vivir sin que nos siguieran y cuestionaran nuestras vidas?

¿No íbamos a poder vivir sin que nos siguieran y cuestionaran nuestras vidas?

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NADANDO EN EL CAOS~THOMAS CECCONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora