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"Bianca"

Mientras nos dirigíamos hacia la villa olímpica en un coche que habían reservado para todo el equipo, no podía evitar desviar mi mirada hacia Thomas. Estaba sentado a mi lado y se veía relajado.

Llevaba la cabeza apoyada en el asiento con los ojos cerrados. Detrás mía, a la izquierda, se encontraba Isabella, claramente enfadada y seria, pues no había dicho ni una sola palabra desde nuestro encuentro a la salida del baño.

No era capaz de desviar mi beso con Thomas de mi cabeza. Había sido especial, pero sabía que debía olvidarme de todo y centrarme en la competición que daría comienzo la mañana siguiente.

Por la ventanilla podía apreciar la cantidad de turistas y ciudadanos que recorrían la ciudad, disfrutando ansiosos del día y de las preciosas vistas de París.

Así mismo me encontraba yo, ansiosa y emocionada. A pesar de no poder asistir a la fiesta de esta noche, mañana podría disfrutar de la piscina olímpica.

Al llegar a nuestro destino, descargamos el equipaje del maletero y nos dirigimos a la entrada. Allí esperamos al entrenador, quien se encuentra hablando con el coordinador De la Villa.

Mientras tanto, vi como Martina se acercaba con alegría hacia mí—" Tienes que contarme todo lo que ha pasado"— exclama ansiosa.

"Simplemente me pidió disculpas por la discusión que habíamos tenido y me besó."— mi amiga me mira con cara de incrédula. Claramente no se esperaba lo que le acababa de decir.

"No te voy a mentir, yo también tenía ganas de hacerlo, pero mientras lo pensaba fue él el que se lanzó."— relato el momento, mientras Martina me sigue mirando sorprendida.

"¿Y cómo te sentiste?— su pregunta me pilló desprevenida pero contesté al instante—"Me sentí bien. Se sintió diferente, especial. Hacía mucho tiempo que no me besaba de esa forma. Fue como recordar nuestra relación al principio".

Martina me dedica una sonrisa mientras Luca y Chiara se acercan a nosotras. Pasamos un rato poniéndonos al día, hasta que el entrenador nos avisa para repartirnos las habitaciones.

Me había tocado con Martina y a Thomas con Luca. Nuestras habitaciones estaban juntas, lo que, en parte, me alegró. Sabía que de esa manera podría coincidir con él y verle todos los días.

Ya en la habitación, nos dedicamos a ordenar todas nuestras cosas, guardamos la ropa y nos preparamos para bajar a cenar.

Los nadadores cenaríamos todos juntos en el comedor de la villa pues no asistiríamos a la ceremonia de inauguración.

Martina y yo nos adelantamos y bajamos quince minutos antes. A pesar de ser de las primeras, el jardín ya estaba lleno de competidores de varios lugares del mundo.

Para hacer tiempo decidimos acercarnos a un grupo de chicas que estaban conversando animadamente. Resultaron ser el equipo femenino de Australia. Estuvimos charlando un rato y les deseamos suerte para mañana.

Cuando nos despedimos, me percaté de la presencia de un chico en una esquina, se encontraba solo.

Era alto, rubio y bastante guapo. Siento cierto interés por conocerlo y averiguar su identidad por lo que, finalmente, decido acercarme a él.

"Hola. ¿Disfrutando de la noche?— me mira extrañado. Rectifico mi error y me presento—" Perdona. Soy Bianca, del equipo italiano. Encantara de conocerte".

"El placer es mío"— dice con un tono francés claramente descifrable—" Mi nombre es Léon, compito con el equipo francés"— sus ojos azules llaman mi atención mientras habla.

"Y...¿Cómo te sientes? Porque yo hace unas semanas estaba súper nerviosa y ahora la verdad es que estoy ansiosa por empezar"— veo como sonríe mientras hablo y no puedo evitar sonrojarme. La verdad es que es un chico muy apuesto.

"Perdóname, no quiero sonar pesada e insistente, si no te apetece hablar me puedo ir"— digo al ver que no dice nada.

"Tranquila, no pasa nada. Eres muy agradable y simpática, pero me siento bastante cansado. Estos últimos días he estado un poco enfermo"— dice con sinceridad. Al escucharlo, siento la necesidad de intervenir y disculparme, pero sus palabras me interrumpen.

"Eres muy habladora, ¿no te lo han dicho nunca?"— su tono jocoso me sorprende pues contrasta con su timidez inicial. No puedo evitar sonreír al oírlo.

"Muchas veces, hasta me dicen que no me callo ni debajo del agua"—digo mientras me río. El corresponde de la misma manera y me acaricia el brazo. Su gesto me pilla desprevenida pero se siente bien.

Viendo como Martina se encontraba sola, decido poner fin a nuestra pequeña conversación—"Bueno, ha sido un placer. Voy a volver con mi amiga"— digo por último y me despido dándole dos besos.

La verdad es que me ha agradado mucho Léon y siento que no lo he terminado de descifrar del todo. No sería capaz de olvidarme completamente de Thomas, pero conocer a gente nueva me iba a venir muy bien.

"Thomas"

Después de colocar todas nuestras cosas, decidimos que ya es hora de bajar al comedor para cenar.

En toda la tarde no he dejado de pensar en el beso que compartí con Bianca. Se había sentido diferente a todos los demás. Más especial. Casi perfecto.

Mis ánimos estaban por las nubes, justo lo que necesitaba para afrontar estos próximos días, pues no iba a poder competir al cien por cien sin actitud.

Mientras nos dirigimos hacia nuestro destino, pienso que el momento después de la cena será el perfecto para compartir un rato a solas con Bianca.

Quería explicarle mis sentimientos y saber acerca de los suyos. Creo que será un gran paso en nuestra relación. Quizás porfa intentar arreglar el desastre que provoqué.

Lo primero que diviso al llegar es a Martina charlando con Chiara. Me extraño al no verla con Bianca pues habían bajado juntas.

"¿Ves a Bianca por alguna parte"— le pregunto a mi compañero, incapaz de encontrarla.

"Está allí, en el fondo"— cuando desvió mi mirada hacia el lugar que Luca me ha indicado, no puedo evitar sorprenderme.
Bianca se encuentra hablando con un chico que no logro reconocer.

La sangre comienza a hervir en mi interior y siento como los celos me corroen. Veo como comparten risas y como él le acaricia el brazo, con complicidad.

No podía creerme lo que mis ojos estaban viendo. A mi no se me ocurriría estar así con otra chica después de los que pasó esta mañana entre nosotros.

Tras unos minutos en los que me quedo pasmado, sin saber que hacer, diviso a Bianca acercarse al grupo por lo que yo también lo hago.

Mientras conversamos, siento como Bianca me mira de reojo pero la ignoro. Repentinamente y sin esperármelo, ella se acerca y me pregunta— ¿Todo bien? Te noto raro".

"Todo genial, no te preocupes"— no iba a dejar que me viera afectado, no después de todo. Sabía que mi orgullo era demasiado grande como para permitirme hacerlo.

Nunca había sido una persona que mostrara muchas emociones o sentimientos, y este no iba a ser la excepción.

Pasado un rato, llega el momento de entrar a cenar. Nos dirigimos todos juntos al salón, Bianca a mi derecha.

Cuando vamos a cruzar la puerta, noto como aquel chico mira hacia ella y le dedica una sonrisa.

Si ya estaba enfadado, ahora lo estaba aún más. Sabía que la cena iba a suponer una completa aventura, pero tenía muchas ganas de afrontarla.

NADANDO EN EL CAOS~THOMAS CECCONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora