El Ritual en el Desván

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La noche en que decidieron realizar el ritual llegó, y el desván estaba nuevamente listo para la ceremonia. Tomás, quien había sido informado sobre el ritual, asistió para supervisar y proporcionar su experiencia. El grupo estaba nervioso, pero también decidido a resolver el misterio.

El desván, que antes parecía vacío, ahora estaba lleno de una energía tensa y opresiva. El grupo colocó los componentes del ritual en su lugar: las hierbas, los sellos de protección y el objeto simbólico. Clara y Lucas trabajaron juntos, montando el altar improvisado mientras Diego y Tomás preparaban el equipo para registrar el proceso.

—Vamos a comenzar —dijo Tomás—. Recuerden, el propósito es calmar y apaciguar la entidad. Debemos mantenernos concentrados y seguir cada paso del ritual con cuidado.

Lucas tomó el libro y comenzó a recitar las palabras del ritual en voz alta. A medida que leía, la atmósfera en el desván se volvía cada vez más tensa. Las luces parpadeaban y un frío glacial se asentaba en el aire.

De repente, la sombra oscura apareció en la esquina del desván, moviéndose lentamente hacia el grupo. La presencia era palpable, y el grupo sintió un peso en el aire.

—No dejen de leer —ordenó Tomás—. Mantengan el enfoque en el ritual y no se distraigan.

Lucas continuó recitando el texto, mientras Clara y Diego mantenían las manos en los sellos de protección. La sombra parecía agitarse, y un murmullo inquietante llenaba el desván.

El ritual parecía estar teniendo un efecto, ya que la sombra comenzó a disminuir en intensidad. Sin embargo, algo comenzó a cambiar. La figura oscura se volvió más definida, mostrando una cara distorsionada y llena de desesperación.

—¿Qué está ocurriendo? —preguntó Clara, temblando de miedo.

—Parece que la entidad está resistiendo el ritual —respondió Tomás—. Es posible que estemos tocando algo que ha estado escondido por mucho tiempo.

Lucas y Clara se miraron con desesperación. La relación entre ellos se había fortalecido durante este proceso, y ahora estaban enfrentando su mayor desafío juntos.

—No podemos rendirnos —dijo Lucas—. Tenemos que seguir adelante.

Con una última fuerza de voluntad, Lucas recitó las palabras finales del ritual. La sombra emitió un grito desgarrador y luego comenzó a disiparse lentamente. El desván volvió a la calma, y el aire pesado comenzó a despejarse.









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