El día en que su plan comenzaría sería hoy, después de mucha espera el principito llegaba a la ciudad.
Y por supuesto conocía su situación, las cartas no mentian, el pobrecito principe quebrado al fin, buscaba una riqueza de la cual vivir y que mejor que de los ricos de la ciudad que tenían a una emocionada niña mimada que deseaba ser princesa.
Sus viejos amigos que daban su rutina de baile previas al carnaval lograron cautivarlo y sacarlo de la vista llamativa, agradecía que hicieran caso a su petición de pasar por el puerto.
Siguió sus pasos con el sigilo que caracterizaba, un príncipe jovial y alegre sin las preocupaciones de los pobres... Nunca había trabajo era claro, pero sería útil en algo... Al menos para sus planes.
Logro abordarlo y llevárselo con carisma, era ingenuo después de todo.
Aunque al parecer su asistente no tanto, algo de desconfianza que podía usar a su favor sin dudas.
Un par de palabras y juegos llamativos y ya tenía la lectura para ambos, un simple juego mental que se aseguraba de enganchar a su presa.
Promesas de riquezas en un futuro que convenció y que cautivo a su cómplice que aceptó de inmediato.
Fue sencillo, un pequeño hechizo de transformación con una condición imposible y ya estaba el alegre principito convertido en sapo.
Metido en un frasco con agujeros suficientes para que respirara en una caja que se aseguro de no soltar.
La fiesta de disfraces de los ricos se haría y el 'príncipe' debía estar listo para su acto, un poco de práctica para verificar su comportamiento bastaron para dejarlo ir y hacer el acto.
Un baile sin fallos aunque el tipo pareciera un inútil por completo, poco antes de llegar a la fiesta por poco y suelta al sapo que supuestamente no tenía aire, por ello lo tenía ahora en la caja.
El lugar estaba lleno de personas importantes, desde el par de hermanos dueños de la mayoría de edificios en la ciudad, el alcalde o ese gordo rico. Todos viviendo en casas grandes y ostentosas.
Pero al menos no eran todos ricos, la joven junto a las gradas que servía unos beignets a todo aquel que quisiera, con una sonrisa amplia... Que conocía bien.
Siendo tan trabajadora como su padre... No importaba si estaba cansada o no, ella siempre sonreía. Tal vez por los recuerdos que traía a menudo iba a esa cafetería donde trabajaba y daba de propina los pocos centavos que ganaba... Siempre oculto claro está.
Para cuándo el baile acabo la rubia niña mimada se acercó a ayudar a la joven que seguramente había sido molestaba de alguna manera por ese par de hermanos que la dejaron hecha un desastre.
No podía intervenir en esto ahora, estaba seguro que la chica era precavida con el vudú... Pero sobre todo, sabía bien que no podía meterla en cosas como estás.
El siguiente baile comenzó y la joven bajo también, vestida cuál princesa acomodo su mesa, todo estaba arruinado pero algunas cosas se habían salvado, con su máscara puesta se acercó cauteloso, pidió un beignet y se aseguro de comentar con casualidad lo bien que se venderán en el carnaval donde pudo ver cómo los ojos de la joven se iluminaban en emoción.
Está era toda la ayuda que podía darle.
Para cuándo la noche cayó y la fiesta fue un exito total pudo volver a la habitación, la chica se veía perdidamente enamorada de la imagen del inútil así que podrían proceder.
Instruyó a la marioneta para que no cometiera errores, lleno su mente del deseo por el dinero.
Se quedó en el cuarto para el asistente del principe donde vió la desesperación del sapito aún en el frasco pidiendo su libertad, prometiendo riquezas que no poseía. Tal vez lo liberaria una vez consiguiera lo que quería y dejaría su alma libre para ser cazada por sus colegas, no sabía y la verdad no importaba por ahora.
El día siguiente llegó, una cita romántica con el talismán recargado salio perfecta, una propuesta de matrimonio y ya estaba un paso más cerca del objetivo.
La parejita enamorada pasaba más tiempo juntos reforzando la relación que buscaba, los preparativos de la boda iniciaron y gozo de estar en primera fila para verlo.
Todo salía bien y como lo esperaba, pronto tendría lo que quería... Pronto.
Tuvieron la probada del dinero que conseguirían, unos cuantos fajos de dinero que se encargo de repartir, tomo su parte y al príncipe para ir a su lugar de trabajo, en el camino dejo una buena propina a la camarera de aquel café que seguía esforzándose por conseguir más dinero. La propina la había animado mucho más de lo que esperaba y vaya que veía en ella a ese hombre trabajador.
Hizo la preparación para el siguiente paso de su plan, debía preparar algunos documentos para después... Un trabajo que le pediría a un cliente satisfecho de sus servicios.
Para cuándo volvió el inútil suspiraba enamorado y usando ello a su favor se metió más en su mente, llenando su corazón de la envidia que no podía ocultar.
Mañana se casaría con la joven de cabellos dorados y él lo vería desde la cima de uno de los edificios, disfrutando del maravilloso escenario donde todo daría inicio.
Hasta entonces se encargo de tener bien sujetado al títere, el sapito aún pedía su libertad aunque con menos fuerza.
Recargaron el talismán y ya estaban listos para la gran noche.
La entrada del rey del carnaval en ese pastel de bodas gigante fue el cato principal y más cuando se vio que era una boda en verdad con el recién llegado príncipe.
Mirada la escena atento, no mataria ahora al gordo así que no estaba tan ansioso, en una de las llenas calles la joven amiga de la novia que había estado vendiendo sus beignets con rapidez miraba la escena enternecida, no era el único en tener exito al parecer.
La unión se dió, la ceremonia fue bonita y extravagante, todo estaba yendo bien... Y él, él brindaba por el exito de su plan.
Un par de días después de la boda por fin hizo lo que tanto quería, pincho su muñeco, momento exacto dónde el corazón de ese rico hombre se apagó dejando todos sus bienes a la chica que se había casado.
El velorio fue emocional, el principe aún necesitando el talismán consoló a su ahora esposa y comenzó lo verdadero.
Unas cuantas transferencias por aquí y por allá bastaron para tener el dinero que quería.
Al día siguiente la marioneta apareció pidiendo recargar el talismán que se había acabado hace un par de horas según sus palabras.
Deseaba tener la noche de bodas que se había pospuesto todo este tiempo y claro que se negó. No más favores vudú para una marioneta que ya no servía.
Amenazó por supuesto pero entrego su triste alma esa misma noche a sus amigos del otro lado que gustosos aceptaron su propuesta.
Las almas de la ciudad de nueva Orleans con algunas excepciones a cambio de traer a la vida a ese hombre... Por fin tantos esfuerzos valdrían la pena.
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Magia peligrosa
FanfictionDr. Facilier... Un poderoso mago de vudú en busca de un gran poder prohibido para los mortales, no se ha detenido por ningún costo que se le ha ofrecido. ¿Por qué? Era hasta burdo para él y tabú para los del otro lado. El poder de revivir a los muer...