Cap. 1: Conocerse

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Hace muchos años, antes de siquiera pensar en meterme en el mundo del vudú yo era un trabajador como otros.

Venía de una familia horrible de la que había escapado, nada fuera de lo común. Un padre abusador, una madre sumisa... Estaba tan emocionado por un nuevo comienzo. Me sentía imparable.

Pensé que en nueva Orleans, una ciudad llena de oportunidades, donde no sería juzgado por mi color de piel me iría mejor que en otros lugares.

Pero me di cuenta de la situación en este lugar, el trabajo pagaba lo suficiente para sobrevivir pero para nada más, un trabajo para solteros lo llamaban... Y ahí lo conocí.

Un muchacho de gran sonrisa que parecía contento de todo y de nada, no importaba el momento... Lo había visto tan agotado que cayó desmayado en medio de un trabajo y aún así sonreía como un tonto.

En ese entonces no me negaba a ayudar a otros... Lo lleve a mi pequeño cuarto donde lo deje descansar un rato.

No era lo mejor si consideraba que otros colegas tenían mejores casas pero ese lugar era mío... Mi refugio, algo que no podrían quitarme siempre que pagará por supuesto.

Aún así cuando despertó y vio mi pequeño lugar felicito mi independencia... No me conocía era claro, me había mudado a otra ciudad en busca de escapar de todo lo que representaba mi pasado.

Comento que él aún vivía con sus padres así que ahora estaba solo ahorrando para un día comprarse una casa, aunque su objetivo de vida caía en la cocina, en un gran restaurante... Vaya, una vez que le deje hablar no se detuvo. Era como un loro, no se detuvo aún cuando había llegado la noche.

Me contó toda su vida... Y nunca dejaba de sonreír.

Su emoción fue tanta que incluso prometió que cocinaría para mí un día para que juzgará su comida... No pude ni negarme porque emocionado termino por salir corriendo como un loco.

No había podido ni presentarme durante todo su monólogo pero pensé que nada pasaría.

Pero cuando el almuerzo llegó al día siguiente me sorprendió que se me acercara con un envase de comida que olía muy bien.

La acepte por supuesto, esto me ayudaría a ahorrar un poco más de dinero.

Volví a escuchar sus cosas mientras comía, era una buena comida claro pero la compañía dejaba mucho que desear... ¿No debería el también comer? Era una pregunta que me hice en ese momento y en lo único en lo que podía pensar era en mi madre.

Esa mujer era muy similar pero su voz era mucho más baja y solo lograba callarla haciéndole comer de mi plato. Cómo antes lo hizo está vez tan bien, el chico callo cuando le di la cuchara de comida y me dejó tener un momento de paz.

No me dí cuenta en ese momento que ese breve momento, que ese estúpido acto para callarlo me haría más cercano a él.

Tuve que usarlo cada día a partir de ello y termino volviéndose una rutina entre los dos.

El cocinaba para mí cada día y yo me hacía cargo de que ambos comieramos... Para luego volver al trabajo con él prometiendome algo delicioso para el día siguiente y yo esperando comerlo.

Luego me di cuenta que en realidad solo traía un plato y me lo daba a mi... Eso era extraño pero no le hice mucho caso ya que igual lo compartíamos.

En el primer descanso del mes mientras yo revisaba lugares que podría comprar cuando ahorrará lo suficiente me lo encontré.

Haciendo mandados de documentos por aquí y por allá... El chico parecía no dejar de tener energía.

Y el siguiente descanso lo ví descargando alimentos para un restaurante de la zona... Parecía estar dispuesto a ahorrar hasta el más pequeño centavo.

Pero uno de esos días me atrapo saliendo de mi cuarto, prácticamente me arrastró hasta llegar a esa vieja feria.

No había mucho, era pequeña y apenas eran unos cuantos puestos pero el chico parecía fascinado con todo. Amando cada lugar y sorpresa.

No hicimos mucho más que caminar y observar, ninguno en posición para gastar su dinero.

Y después... Después de meses llegó el carnaval, era el primero que veía... Por mi madre sabía que era una gran fiesta donde todos eran felices, aunque no estaba seguro de por qué ella lo conocía.

Ese día fui jalado por James... Con esa enorme sonrisa que parecía iluminar hoy más que nunca, me jalo por la festividad hasta que estuvimos en medio de una caminata por las calles con muchas personas que sonreían y cantaban una canción.

Bebimos... Bailamos... En algún momento acabamos en mi cuarto simplemente parecía correcto todo.

Cómo si esto fuera lo que teníamos que haber hecho desde un inicio. Solo disfrutar la vida con una gran sonrisa.

Pero cuando la mañana llegó y salimos al trabajo me di cuenta de la diferencia de clase social a la que nos ateníamos.

Hombres ricos en carros grandes y brillantes se paseaban por la zona, vestidos de elegante manera... Con una actitud molesta.

Sin darme cuenta un año había pasado desde mi llegada, un año lleno de James... Lleno de ese torpe sonriente.

Conocí a los padres del sonrisas, agradables personas trabajadoras.

La madre era modista independiente mientras que el padre trabajaba en nuestra misma empresa pero en otra área.

Poseían una pequeña casa, era acogedora y más grande de la que yo tuve con mi familia.

Con utensilios de comida ya gastados con el tiempo, pero un hogar al fin.

Uno de nuestros días de descanso fue que sonrisas me llevo a comprar una olla grande.

Afirmó que podía preparar algo delicioso en ella y claro que acepte ese trato, podría almorzar gratis otra vez.

Se empeño mucho cocinando, trate de ayudar... Y digo 'trate' porque soy un desastre en la cocina.

Aún así hizo un gumbo delicioso... Si vendiera esto en un puesto en la calle creo que le iría muy bien... Tal vez hasta podría tener su ansiado restaurante de manera más rápida.

No sé en qué momento ver sus sueños hechos realidad empezó a volverse mi sueño también... Algunos días de descanso conseguía convencerle de cocinar para vender... Le iba tan bien... Sonreía tanto.

Pero entonces ella apareció...

En uno de nuestros días de descanso la conoció... Estamos llevando los trajes de su madre a un abogado... Y ahí apareció esa mujer.

Con un vestido para la pareja del mismo abogado... Fue la primera vez que me dejó de lado... Fue la primera vez que se fueron entre risas... Dejándome atrás.

Empezó con un encuentro cada tres meses... Luego fueron dos... Luego uno... Luego dejaba de ir a sus horas habituales para estar con ella.

El salario le fue reducido claro pero no le importó eso, si podia continuar con ella.

Aún así quería aún ayudarle... Compré un lugar en un callejón en plena ciudad, si lograba convencerlo de ayudarme con una gran remodelación podría tener su restaurante... Pense que así... Podría volver a verlo sonreír para mí.

Pero cuando estaba por proponérselo él... Él se adelantó.

"Le quiero proponer matrimonio" vaya bomba que soltó.

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Si soy honesta ya tengo toda la trama hecha, ya se cómo va a acabar y demás... Pero saben... Es tan difícil escribirlo... Son tantas emociones...
Así que estos serán capitulos cortos comparados a mis demás historias.

Espero y les haya gustado y sin mas que decir hasta un próximo capítulo!!

Magia peligrosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora