Capítulo 8

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• 2 años después •


—¿Y qué quieres que yo haga?— frunció el ceño confundida.

—Samy— alzó sus hombros—. Sólo, por favoor... hazte la maldita prueba de embarazo. ¿Vas a seguir quejándote que te duelen los pechos y tienes náuseas? No seas terca— regañó Ari.

—¿Por qué eres tan necia?— entró Ama, junto con Molly a la habitación que ahora Samantha compartía con Félix en la nueva casa—. No creo que sea porque te vaya a bajar Samantha, vienes diciendo eso hace semanas.

—Y yo...— intentó encontrar una palabra—. Siempre soy exacta.

—¿Y cuánto tienes que no te baja?

—Un mes. Estoy esperando que me pase, pero nada...

—¿Y por qué te quedas esperando? Es mejor quitarte la duda.

No mentían. Samantha tenía la leve sospecha de haber quedado embarazada de nuevo, los malestares eran algo similares a los que habían tenido hace años, cuando quedó embarazada a corta edad.

—Eres una sexy hot mamá— dijo Ari—. Ahora imagínate si estás embarazada otra vez. ¿No sentirías lindo?

Lo pensó, quedándose con esa pregunta en la mente.

—La verdad— suspiró de manera ligera—. Sería lindo. Aunque después de la boda, Félix y yo solo hablamos de este tema una vez, pero no nos disgustó la idea.

—¿Entonces qué?— preguntó Ama detrás suyo—. ¿Voy por la prueba... o...?

—Sí— respondió rápidamente—. Quiero saber...

—Perfecto. Molly, acompáñame— la miró con entusiasmo—. Vamos, hay que quitarle la duda a Samantha.

Samantha se quedó en la habitación junto con Ari, inundando el silencio tranquilo que ambas guardaron hasta que la mayor lo cortó. Recostándose al costado de su amiga, mirando el techo con la tranquilidad que la lluvia emitía afuera.

—¿Davin no les ha dicho nada sobre un hermanito o hermanita?

—No tienes idea— sonrió con gracia—. Desde antes que Félix y yo nos reconciliáramos lo quiere.

Ari sonrió con ternura.

—Ya tiene 10 años... ¿no sientes nostalgia con eso?

Aquella realidad cayó de nuevo con ella. Davin había cumplido hace poco los 10 años de edad, llenando el corazón de Samantha de nostalgia al recordar cuando sólo era un bebé. Ahora Félix y ella abarcaban los 27 años, notando como aquel momento donde eran adolescentes había quedado en el pasado junto con los malos recuerdos de su separación.

—Claro que sí, no sé en que momento mi bebé creció tanto— giró por completo, quedando boca abajo en la almohada—. Aún recuerdo cuando estaba en mis brazos.

—¿A qué hora termina su entrenamiento?

Samy tomó su celular; asegurándose de la hora.

—Ya terminó, pero Félix lo llevaría por un Lego y no sé qué más— dejó de nuevo el celular—. Se lo prometió de cumpleaños, ya que tuvo que viajar ese día.

—Entonces nos da tiempo a que lleguen tus chicos.

La risa por parte de Samantha se presenció en la habitación por su comentario, siguiendo con sus juegos de distracción hasta que Ama y Molly llegaron con las pruebas en una bolsa de papel.

—Trajimos dos— movió la bolsa—. Por cualquier cosa. Es mejor prevenir, qué tal que una no funciona como debería.

Samantha tomó la prueba, mirando a sus amigas para asegurarse de lo que haría, obteniendo unas sonrisas en apoyo por parte ellas, haciéndola sentirse segura para ingresar al baño y dejar los pruebas sobre el lavabo. Un suspiro largo la hizo concentrarse en lo que estaba por hacer, abriendo las pruebas para usarlas a la vez y esperar aquel resultado. Los cinco minutos que marcaban en las instrucciones se hicieron presentes, aunque para ella habían pasado horas en esa larga espera que solo la tenía mordiéndose las uñas.

Cinnamon Girl  ⸻  ❝Riverducción❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora