Cinnamon Girl ⸻ ❝Riverducción❞

Capítulo 7

Unos pocos meses habían pasado después de la reconciliación de la pareja, y con eso, la noticia de decírselo a su hijo venía en mano. Esa misma tarde lo llevarían a uno de sus restaurantes favoritos, donde ellos mismos le darían la noticia de que habían regresado. A su corta edad, Davin sabía la situación de ambos, y lo comprendía.

—Mami, ¿allá veremos a mi papá?— preguntó Davin, desde la parte trasera del auto. Samantha volteó al retrovisor, deteniéndose en un semáforo.

—Sí, él ya está esperándonos en el restaurante. Por eso te dije que te apuraras— le respondió, Davin se encogió de hombros un tanto avergonzado por la mirada que Samantha le había regalado a través del espejo.

Davin olvidó rápidamente aquel regaño para seguir jugando con el iPad que recientemente Ari y Juan le habían regalado con permiso de sus padres. Samy, casi no le permitía usarla por horas, pero claro que se entretenía con los juegos que le había descargado.

—Mami— llamó desde la parte trasera. Al escuchar un "¿Hmm?" de su parte siguió hablando:—. ¿Te pondrías celosa si mi papá llega a tener novia?

Samantha se sobresaltó y dejó escapar un risa corta por la pregunta que su hijo le había hecho, dejándola pensativa en qué posibilidad eso se hubiera hecho realidad. Quizás sí, ella no había dejado se querer a Félix por ningún momento, y eso seguro sería una traición a ella misma si se negaba. No dudaba en que Félix también hubiera tenido celos si en una posibilidad ella tenía otro hombre en su vida.

En todas sus citas fallidas, ambos terminaban hablando del otro de manera inconsciente, asustándolas.

—¿Por qué haces esa pregunta Davin?

—Me dio curiosidad— siguió con su juego—. Mi tía Ama dice que eres celosa con mi papá.

Samantha frunció el ceño de inmediato—. ¿Cuándo te dijo eso?

—Cuando fuimos a su casa.

—Bien— parpadeó un poco asombrada, tomando el volante para tranquilizarse—. Creo que tendré que hablar con tu tía sobre eso.

Llegaron al restaurante, y los nervios de Samy empezaron a recorrerla. Sin duda, ambos sabían que Davin reaccionaría de la mejor manera. Ambos bajaron del auto y se dirigieron a la puerta, ingresando de la mano mientras Samy esperaba encontrarse con Félix en alguna mesa del restaurante. Las miradas de los dos se posaron inmediatamente, parecía que la misma conexión los había hecho guiarse entre las demás personas que se encontraban en el lugar.

—Ven, vamos— Samy animó a su hijo, quien ya había apresurado el paso para llegar junto a su papá.

—¡Papá!— lo abrazó, siendo recibido de la misma manera—. Mira, ya puedo caminar mucho mejor, ¿me viste?— le dijo alegremente—. Ya puedo correr y no siento dolor.

—¡Campeón, eso es increíble!— lo despeinó un poco—. Te dije que ya te sentirías mejor, que perdieras el miedo.

Samantha llegó junto con ellos, y después de que el menor tomó asiento en una de las sillas, Félix se levantó para recibirla, besando su mejilla con delicadeza. Ambos hubieran preferido otro tipo de saludo, pero no querían adelantarse a la noticia.

—¿Cómo has estado?

—Bien. Mejor ahora que te veo— susurró eso último. Samantha bajó la mirada, esperando que su hijo no haya escuchado eso—. Te ves muy bonita. ¿Tú, qué tal estás?

—Bien, también. Mejor ahora— lo imitó, regalándole una sonrisa que llenó su corazón—. ¿Llegaste hace mucho?— se desvió para tomar asiento.