Me levanté un poco tarde, sintiendo el peso de la frustración de la noche anterior. Salí de mi habitación, agradecida de que mis padres hubieran salido para hacer sus trabajos, así no tenía que luchar para que me hablen. Me hice el desayuno, tratando de sacudirme el mal humor, y fui a vestirme para buscar a Grace por el aburrimiento que tenía. Subí a mi habitación y agarré una camiseta con un short, me vestí rápidamente y salí de mi casa hacia la casa de Grace, esperando encontrar un poco de diversión y olvidar mis problemas.
Mientras caminaba hacia la casa de Grace, sentí el sol en mi piel y el viento en mi cabello, lo que me ayudó a relajarme un poco. Llegué a la casa de Grace y toqué la puerta, esperando que estuviera en casa.
G— Hola... -Dijo sonriendo y se hizo a un lado para dejarme pasar, su casa olía a café recién hecho y flores frescas- ¿Recién te levantas? -Me preguntó mientras cerraba la puerta detrás de mí-
Entre a su casa y me senté en una silla, sintiendo un poco de alivio al estar lejos de mi casa y mis problemas.
V— Si, no quería ver a mis papás. Tengo que contarte muchas cosas. -Suspiré, preparándome para contarle todo lo que había pasado-
Grace se sentó en la silla de enfrente y me dijo: G— Ya me lo contó Enid ayer, es una chismosa. -Rolló sus ojos, mostrando su desaprobación-
V— Si, lo es. Hoy habrá una fiesta de bienvenida y no podré ir. -Me quejé, sintiendo un poco de envidia-
G— ¿Qué? -Su expresión cambió a sorpresa, su boca se abrió ligeramente- Tendré que aguantar a Enid, Anthony y Ron sola... -Se quejó, compartiendo mi frustración-
V— ¿Anthony? ¿Quién es? -Le pregunté, curiosa, no recordaba haber oído ese nombre antes-
G— Oh, ya lo recordé... Ayer mis padres me estaban buscando y era para presentarme a él. Ahora vive en mi casa, es buena onda. -Sonrió.-
Y de la nada apareció un chico rubio y con ojos azules, bajando de las escaleras con una sonrisa confiada.
?? — ¿Estás hablando mal de mí? Encima de loca, hablas sola. -Dijo con una risa sarcástica, sin siquiera mirarme, al parecer no me había visto-
Entró directamente a la cocina, dejando una sensación de incomodidad en el aire.
G— Shh, no quiero saber tu opinión. Que descortés que eres, mi amiga vino a mi casa y no eres capaz de saludar. -Lo regañó.-
Al parecer, ambos se llevaban muy bien, a pesar del poco tiempo que llevaban conociéndose. El desconocido se dio vuelta y me miró, sus ojos azules me sostuvieron la mirada por un momento.
V— Hola, Anthony. -Dije, tratando de sonar amable-
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