Capítulo 10 - Lecciones aprendidas

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El cumpleaños de Percy no fue una ocasión alegre. No pudo celebrarlo con su madre ni con su nueva pareja antes de ser llamado de nuevo al servicio. Hacía poco que había cumplido quince años, mientras que Naruto se encontraba en una situación similar, pues acababa de cumplir dieciséis. Kronos había atacado en agosto, y ahora era diciembre.

Habían transcurrido aproximadamente cuatro meses desde que el ejército de Kronos había iniciado un asalto directo al Campamento Mestizo. Por aquel entonces, el Olimpo había entrado en un estado de gran actividad. Cada olímpico se esforzaba por contribuir al esfuerzo bélico en la medida de sus posibilidades.

Nuestra guerrera rubia también pudo utilizar su cesión de madera para ayudar en la reconstrucción de varias cabañas que habían resultado dañadas durante el conflicto. Con la aprobación de Dionisio, aplicó numerosos sellos de Fuinjutsu para ayudar a formar una barrera alrededor del campamento.

Durante este periodo, Naruto fue contactado por Rea y Hestia a través de su collar de rubíes. Estaba caminando por el campamento cuando se pusieron en contacto. La pareja le explicó que Zeus exigía a muchos de los dioses, diosas y titanes amistosos restantes que permanecieran en el monte Olimpo. Esto era para asegurar su proximidad en caso de un ataque repentino a su territorio. Habían oído rumores de un enemigo inminente.

Además, se sometió a un cambio de atuendo, adoptando un conjunto diferente. Ahora llevaba una camiseta negra de manga larga confeccionada con un tejido flexible. Era ajustada y mostraba su musculatura.

Llevaba un abrigo negro con contornos marrones, similar a una cazadora bomber. Sus pantalones negros eran elásticos, lo que le permitía una mayor flexibilidad. Por último, sus zapatos eran zapatillas oscuras con cordones grises y contornos blancos.

Inscribió sellos en cada componente del conjunto, aumentando así su resistencia contra pinchazos, laceraciones y otras formas de ataque. Esta modificación hacía que el atuendo fuera más duradero, eliminando el riesgo de desgarros repentinos en caso de enfrentamiento. Sin embargo, los sellos no eran invulnerables, y el conjunto acabaría sucumbiendo al desgaste. Sería necesario volver a aplicar los sellos cuando fuera necesario.

Decidió no llevar la armadura tradicional, pues limitaba mucho sus movimientos. Por consiguiente, decidió renunciar a ella por el momento.

Para garantizar el éxito, las forjas de Poseidón y Hefesto trabajaban horas extras para suministrar armas de calidad al ejército. Deméter cultivaba trigo a gran velocidad para proporcionar alimentos, mientras Apolo recopilaba información sobre la ubicación del enemigo. Mientras el ejército de Kronos estuviera bajo el sol, podría proporcionar información crucial.

Para compensar a los numerosos dioses y diosas menores que le habían dado la espalda, el Olimpo recurrió a la ayuda de otras entidades. Ninfas, náyades, sátiros, centauros y otros seres fueron equipados con armas. Los semidioses ya no eran la única fuente de luchadores para el ejército.

A Naruto le preocupaba no poder establecer contacto con el Inframundo. Lo que estuviera ocurriendo allí se mantenía en secreto. No había visto a Nico desde que comenzaron los ataques, lo que era motivo de preocupación.

Sin embargo, había una cuestión importante que seguía sin resolverse. En cuanto a semidioses capaces, su número estaba muy mermado. El Campamento Media Sangre albergaba aproximadamente a 50 semidioses, lo que suponía un déficit considerable. Para compensarlo, se necesitaban estrategias alternativas.

Para ello, numerosas deidades del Olimpo iniciaron la activación de antiguos proyectos, armas y construcciones. Hefesto, por ejemplo, ideó multitud de estructuras basadas en el diseño de Talos, con el objetivo de reforzar las capacidades defensivas de su territorio.

Naruto - La bendición de los demásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora