Capítulo 11 - Luchar para vivir

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Naruto estaba situado en un acantilado desde el que se dominaba al ejército. Pudo observar cómo discutían, intercambiaban ideas y mostraban un lenguaje corporal positivo.

Sin embargo, también tenía la clara impresión de que algo iba mal.

Su sed de sangre.

No estaba seguro de si se trataba de una amenaza específica para él o de una amenaza más general. Dada su experiencia con la Detección de Emociones Negativas, se inclinaba por la cautela.

Sus clones habían invertido mucho tiempo y esfuerzo en desarrollar el sello Hiraishin durante varios meses. Aprovechando su experiencia en Fuinjutsu, había ideado una versión única del sello. Sin embargo, había una cuestión importante que requería atención.

Aún no lo había probado.

No estaba seguro de si surgiría algún problema al utilizarlo o si funcionaría, para empezar, pero tenía que proceder a probarlo.

Como dice el refrán, la desesperación puede estimular la innovación.

Había creado su propia fórmula técnica y la había aplicado a sus dos hojas de trinchera. Había leído en las notas de su padre que podía aplicarse a objetivos individuales si su palma entraba en contacto con cualquier parte de su cuerpo. Aún no lo había probado por sí mismo.

La fórmula de su técnica se asemejaba a un remolino cubierto de pequeñas ramas que se enroscaban hacia fuera. Ésta era su marca distintiva de la técnica, ya que cada fórmula técnica era especial para el usuario. Al fin y al cabo, eran ellos quienes la creaban.

Una vez aplicado el sello a ambas espadas de trinchera, observó cómo se oscurecía y solidificaba en el acero. Si su comprensión era correcta, el sello permanecería intacto y no se desvanecería. Lo mismo ocurriría si marcaba a una persona.

Podía teletransportarse a cualquier objeto, persona o lugar marcado con su sello. Era una herramienta útil, si quería ser objetivo.

Allí, con vistas al batallón de 500, Naruto se tomó un momento para serenarse. Estaba preparado para afrontar las consecuencias de un posible fracaso, y dispuesto a entrar en acción si era necesario.

Se preparó mentalmente para la confrontación que se avecinaba. Con los ojos llenos de determinación y fuerza de voluntad, Naruto hizo su movimiento.

El rubio procedió a situarse en una posición ventajosa en una colina adyacente, a unos 800 pies de distancia del ejército. Aunque era consciente de que era probable que se produjera un enfrentamiento, deseaba ofrecer al ejército una última oportunidad para desescalar la situación antes de recurrir a la violencia.

Arrojó su espada de trinchera sobre la suave hierba que había debajo, lo que provocó confusión entre muchos miembros del ejército de Kronos. Una única hoja de Bronce Celestial brillaba bajo el sol, haciendo que muchos entrecerraran los ojos confundidos. Sin embargo, al levantar la vista, vieron una figura rubia de pie sobre una colina cubierta de hierba.

"Parece que, en efecto, ha llegado como se esperaba", informó Aris a su grupo de Comandantes. "Como había indicado anteriormente, efectivamente haría acto de presencia".

"Guarda silencio, Aris", dijo Vissarion con serenidad, manteniendo la mirada fija en la rubia. "No es momento para frivolidades".

"Vissarion tiene razón", confirmó Stella con los ojos entrecerrados. "Creo que está a punto de entrar en acción. Por favor, permaneced alerta..."

Todo el escuadrón estaba en alerta máxima, preparado para cualquier acontecimiento. Les habían informado de que el hijo de Hestia tenía una serie de capacidades, algunas más sofisticadas que otras. Ahora era el momento de evaluar sus habilidades de primera mano.

Naruto - La bendición de los demásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora