Capítulo 12 - Un catalizador hasta el final

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Goteo

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Donde estoy?

Naruto abrió los ojos y observó que el espacio carecía de rasgos perceptibles. Se parecía a su paisaje mental, pero había diferencias notables.

Naruto se dio cuenta de que estaba en una habitación abierta, desprovista de cualquier rasgo distintivo. La oscuridad a su alrededor era absoluta, y entrecerrar los ojos no sirvió de nada para disiparla.

El rubio individuo procedió a levantarse y explorar la habitación, mostrando una sensación de confusión. A pesar de la ausencia de estímulos externos, no percibía una sensación de amenaza. En cambio, parecía experimentar una sensación de calma interior.

"¿Estoy... muerto?" se preguntó Naruto, recordando los acontecimientos precedentes. "Si Mel-....Melinoe fue el responsable de mi fallecimiento, debería estar camino del Shinigami o del Inframundo, pero no creo que sea el caso".

"Eso es porque no lo es, joven Uzumaki. Estamos en lo más profundo de tu alma, donde ni siquiera mi hijo puede residir".

Al girar la cabeza para localizar la fuente de la voz, Naruto se sorprendió al ver a un hombre flotando en el aire. El hombre estaba sentado con las piernas cruzadas y un bastón negro en la mano izquierda.

El individuo en cuestión tenía el pelo castaño desteñido, los ojos anillados de púrpura, un ojo rojo situado en el centro de la frente, y una capa blanca rodeaba su cuerpo. Parecía estar en paz, mirando a Naruto con alegría en los ojos.

"No percibí su presencia. No hubo ningún indicio de su llegada, ninguna señal de ningún tipo. Simplemente apareció". reflexionó Naruto, desconcertado. Pudo discernir un débil resplandor que emanaba del hombre, iluminando la zona circundante. La mera presencia del hombre provocó una respuesta sorprendida por parte de Naruto.

"Has tenido una experiencia bastante aterradora", dijo el hombre con una leve sonrisa. "Estuvo cerca. Por suerte, el chakra de mi hijo pudo intervenir".

"¿Tu hijo?" preguntó Naruto, alzando las cejas. "¿Puedo preguntar quién es tu hijo y quién eres tú?".

El aspecto del hombre no le resultaba familiar al rubio.

"Pido disculpas por el retraso en las presentaciones. Soy Hagoromo Otsutsuki, padre de todas las Bestias con Cola".

El silencio que siguió a la declaración del hombre fue tan completo que se habría podido oír el sonido de un alfiler al caer.

El ninja de pelo rubio se quedó momentáneamente desconcertado, pero luego exclamó: "¡No puede ser!". Sus ojos se abrieron de par en par, incrédulos. "¡Eres el Sabio de los Seis Senderos! Amaterasu-sama ya te había mencionado". Sus lecciones de historia con la diosa habían valido la pena, pues pudo reconocer al hombre que tenía delante. Aunque tal vez no lo supiera todo sobre su tierra natal, estaba lo bastante informado.

"Parece que mi reputación me precede", dijo Hagoromo con una sonrisa mientras enderezaba la espalda. Mantenía una actitud alegre.

"Por favor, explícame tu razón para estar aquí", preguntó Naruto, enarcando una ceja. "¿Y cómo es que eres el padre del Kyuubi?".

El joven adulto era incapaz de comprender el fundamento de la proposición. Resultaba difícil imaginar cómo un varón (o al menos una entidad muy parecida a él) podía criar a una entidad compuesta enteramente de chakra. Naruto se esforzó por comprender la lógica que había detrás de aquella afirmación.

"En el contexto de las Bestias con Cola, yo soy su creador y, por lo tanto, me considero su padre", explicó Hagoromo con una sonrisa que transmitía orgullo paternal. "Esto es similar a la relación entre Indra y Ashura".

Naruto - La bendición de los demásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora